No nos resulta difícil imaginar que China es uno de los países con mayores movimientos migratorios del planeta, junto con la India, México y Rusia. Y entre los destinos favoritos que tiene los ciudadanos del gigante asiático a la hora de emigrar se encuentra EE UU. Eso era lo habitual hasta hace unos meses. La inmigración se convirtió en uno de los temas centrales en la campaña del actual presidente de los EE UU, Donald Trump, el objetivo principal de sus ataques no era solo para aquellas personas que entran de forma ilegal, sino que también para los flujos de migración legal mediante el slogan «compra americano, contrata americanos», o su ya famoso «America First».

Donald Trump llegó a calificar a China en campaña como un manipulador de divisas, amenazando con tomar represalias contra las prácticas comerciales abusivas de Beijing. Afortunadamente lo que se dice en campaña electoral se suaviza luego cuando hay que gobernar, y al final el gobierno de Trump se ha inclinado más hacia el diálogo con China en estos meses de su presidencia, pero también ha sentado las bases para que se tomen fuertes medidas represivas que, de hacerse realidad, dejarían furiosos a los dirigentes chinos.

Todo ello ha generado desconfianza hacia EE UU y por lo tanto un cambio en la elección de su destino migratorio y de su inversión. En la actualidad, se observa que los chinos están empezando a replantearse su rumbo, cambiando y decidiendo otro destino, como es Europa.

Esta reacción ha sido inmediata y los inversores que hasta ahora elegían EE UU, están optando por el continente europeo, destacando España como unos de los lugares favoritos para ese cambio, por su inmejorable clima y por su calidad de vida. Además es en España donde hay más facilidades para conseguir el pasaporte español a través de lo que se conoce como la Golden Visa.

España se ha hecho con el liderazgo europeo en emisión de la Golden Visa, un recurso para atraer capital a nuestro país (un mínimo de 500.000 euros) a cambio de dar el permiso de residencia a los inversores extranjeros. Esta autorización de residencia permite vivir y trabajar en España y es válida en todo el territorio nacional. Además, los poseedores de una Golden Visa pueden viajar libremente por los países de la zona Schengen (26 países europeos).

España es sin duda un destino inmejorable para emigrar, invertir y emprender una nueva vida. Sin duda ese interés que ha puesto el gigante asiático en él es una oportunidad muy buena que debe aprovechar y potenciar. Y al presidente de los EE UU deberíamos recordarle a menudo un viejo proverbio chino que dice «No prometas nada cuando te sientas eufórico».