Este título lo he tomado prestado del lema con el que más de 400 mujeres de toda España se reunieron en Zaragoza hace ahora casi un mes a fin de seguir preparando la huelga feminista convocada internacionalmente para este próximo 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres. Lo pongo así, en plural, aunque la ONU, desde que lo instauró en 1975, lo hizo como Día Internacional de la Mujer y, como es obvio, no somos una, sino muchas y no somos idénticas, sino diversas. Eso sí todas discriminadas, subordinadas y/o minusvaloradas (jodidas, hablando en plata) en todos los rincones del planeta, aunque en grados diferentes. Y eso es lo que todas tenemos en común, aunque muchas no sean todavía conscientes de ello ¿Quién no ha escuchado en su entorno más próximo a una mujer diciendo eso de «a mí nunca me han discriminado» o «yo no me siento discriminada»? Tomar conciencia de esta situación es la condición previa para querer salir de ella y la unión hace la fuerza, por eso la filósofa Simone de Beauvoir definió al feminismo como una manera de vivir individualmente y de luchar colectivamente. Y por eso, como bien afirma la filósofa Amelia Valcárcel, el feminismo es un internacionalismo.

La huelga feminista no es una ocurrencia ni una improvisación. Los precedentes más recientes fueron dos paros en el mes de octubre de 2016: uno, protagonizado por mujeres polacas como protesta por los planes de su gobierno para prohibir el aborto en cualquier supuesto, y otro, impulsado por las mujeres argentinas, que estallaron ante el brutal asesinato de la joven Lucía Pérez, de 16 años, en Mar del Plata y que al grito de «Ni una menos, vivas nos queremos» nos dejaron ese lema que presidiría la convocatoria de paro internacional de mujeres el pasado 8 de marzo en respuesta a la violencia social, cultural, económica, legal política e institucional que las mujeres sufrimos en todo el planeta y que el neoliberalismo agrava cada vez más con viejas y nuevas formas de explotación de nuestros cuerpos y nuestras vidas. «Si nuestras vidas no importan, produzcan sin nosotras», repetíamos en la manifestaciones con que culminaban los paros en esa jornada.

Y de nuevo, para el 8 de marzo de 2018, desde el movimiento feminista se sigue impulsando esa acción con una finalidad muy clara: «A través de la Huelga Feminista queremos impulsar un debate social para reconocer las contribuciones que hacemos las mujeres. Queremos que pensemos entre todas las personas qué pasaría si las mujeres dejáramos de hacer todo lo que hacemos, dejáramos de ir a nuestros empleos, dejáramos de cuidar y consumir? sencillamente el mundo se pararía». ¿Y si probamos a hacerlo el próximo 8 de marzo? (Más información en hacialahuelgafeminista.org).