Otro ejemplo más de esos que sacan los colores a la clase política. Sonia Sánchez Lumbreras, la concejal electa por el PSOE de San Vicente, se resiste a recoger el acta que le corresponde tras el abandono de un compañero de partido alegando que no le vienen bien las delegaciones que quiere darle el alcalde, Jesús Villar. Y van pasando las semanas y el municipio sigue con un concejal menos. Desde la Junta Electoral Central hablan de limbo legal y reconocen que puede dilatar la situación hasta las próximas elecciones municipales. Mientras tanto se está mermando la capacidad de gestión del equipo de gobierno y condicionando la vida municipal. Si uno se presenta para un cargo público debe aceptarlo o dejar paso a otro. Lo contrario ya saben lo que es, como el perro del Hortelano, que ni come ni deja comer.