Los vecinos afectados por la emisión de partículas a la atmósfera en el movimiento de graneles del Puerto de Alicante han recibido con desolación el cese de Julià Álvaro como secretario autonómico de Medio Ambiente. Algo que era el resultado de un sacrificio anunciado por la batalla campal que se vive en la Conselleria de Agricultura desde hace unos meses -y no sólo en Medio Ambiente-, y que deja a las familias que viven en el entorno sin su principal valedor en la cruzada porque el Puerto cuente las naves cerradas para mover graneles. Infraestructura que ha impulsado Álvaro con su colaborador inmediato, Joan Piquer, director general que seguir el mismo camino que su jefe y amigo en las próximas horas. Los vecinos han visto en poco menos de dos meses luz en cuanto a los graneles, y también el adiós de sus principales aliados en la Administración. Primero el edil de Guanyar en Alicante, Miguel Ángel Pavón y ahora Julià Álvaro, secretario autonómico, que el martes tenía previsto reunirse con la Plataforma de Afectados para explicar los detalles de la operación naves cerradas. La exigencia sigue en vigor pero atentos el cambio de rumbo que puede producirse en la Conselleria de Medio Ambiente.