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Teatro Crítica

Una nariz emblemática

Cyrano de Bergerac - Teatro PRINCIPAL DE ALICANTE

De Edmond Rostand. Dirección: Alberto Castrillo Ferrer.

El joven autor se inspiró en una época de la vida del que fue poeta, dramaturgo y escritor coetáneo de Molière. Tipo irreverente, soldado y con facilidad para las riñas y los duelos. El drama romántico o la tragicomedia Cyrano de Bergerac, de Edmond Rostand, se estrenó a finales de 1897 en París y cosechó una gran acogida por su brío, sentimentalismo y humor. Sigue obteniéndola a juzgar por la respuesta de los numerosos espectadores que acudieron al Principal. La acción transcurre en 1640 y termina quince años después. Nos coloca ante un Cyrano que adora a su prima sin saberlo ella. La remite ampulosos versos de amor a través del apuesto cadete del que está enamorada. La pasión aumenta, y el papel social de las mujeres vuelve a retratarse mientras los hombres asumen el liderazgo. Desde el principio anuncian que va a ser representada una obra. Y se ven las antiguas candilejas en el proscenio y el sencillo y polivalente espacio donde acontecen los lances del fogoso espadachín con su enorme protuberancia nasal. El popular actor José Luis Gil tenía ganas de interpretar a este personaje, símbolo del teatro francés y universal, y lo ha conseguido imponiendo su marca con desenvoltura, desenfado y cierto dramatismo finalmente. Otros lo han hecho de diversa forma, ya que han existido muchas representaciones de esta pieza versificada con agilidad. Adaptaciones fílmicas, coreográficas u operísticas. Le arropan Ana Ruiz, Álex Gadea, Nacho Rubio, Carlos Heredia, Rocío Calvo y Ricardo Joven, que sobresale por su veteranía y firmeza. Todo el equipo cumple, según la versión de Carlota Pérez Reverte y Alberto Castrillo-Ferrer, el director de unos pasajes que incluyen algunas canciones, bufonadas y un carácter que digiere con facilidad la amplia mayoría. El texto de Edmond Rostand continúa deleitando con sus situaciones, su tensión, sus intrigas y los amores imposibles. La fama televisiva de José Luis Gil atrae al público y le divierte. Y la aventura-desventura de la emblemática nariz de Cyrano seguirá siendo inmortal aunque muera en cada representación. El respetable no pudo evitar ponerse en pie por efecto del contagio, y obligó a los actores a saludar reiteradamente.

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