Llevo escuchando que esta provincia debe apostar por sí misma como nicho del I+D+i (Investigación + Desarrollo + innovación), desde que puse por primera vez el pie en la redacción de este periódico. Y ya son más de tres décadas. No recuerdo la de ocasiones en que han salido los expertos a advertir que esta tierra constituye el escenario ideal para que, como complemento al turismo, la agricultura, los servicios, la industria y la construcción, se implemente la economía provincial permitiendo, a golpe de normativa, consenso y facilidades para su instalación, la captación de empresas dedicadas a investigar y promover las nuevas tecnologías. Se han dejado pasar tantos años que ni siquiera a las empresas de internet se les puede clasificar dentro de ese epígrafe. El nuevo Silicon Valley, decían.
Para la consecución de este objetivo, en su momento tan osado como inevitable (incluso previsible) por los avances sociales y económicos y, por tanto, rentable, estuvieron siempre de acuerdo las universidades, que ponían el talento e incluso el suelo, y las empresas. El exrector Andrés Pedreño debería estar ya afónico de tantas veces como planteó la necesidad de derivar hacia ese terreno una parte de la actividad económica alicantina. Pero la constatación de este menester chocó siempre con la inacción, la falta de acuerdo y, en muchos casos, la pereza y la vagancia de nuestros administradores, instalados felizmente en el confort de los buenos datos que aportaban el ladrillo y las playas. Por fortuna, la construcción y el turismo estuvieron ahí para tapar el fracaso de políticas complementarias de la vivienda y del sol. El sector inmobiliario volverá a tirar del carro del PIB alicantino, y bendito sea, pero nos sitúa de nuevo al filo del acantilado y sin plan B a la vista, radiografiando una provincia con miedo a jugar. Ya saben: el que no juega ni gana ni pierde, pero corre el riesgo de extraviar los ahorros por el camino. Y aquí, como dicen en la tele desde hace más tiempo del que se viene hablando en Alicante del I+D+i, hemos venido a jugar.
