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Opinión

La bestia sigue con hambre

El motivo es que gana menos que Messi y Neymar y que, como mejor jugador del mundo que se considera, su entorno tacha la situación de «injusticia»

Alimentad a la bestia y la bestia será insaciable». Algo así le está pasando al Real Madrid con Cristiano Ronaldo. El portugués, como todos los astros poco acostumbrado a no ver cumplidos sus deseos al instante y a recibir una negativa por respuesta, se siente poco valorado por el club blanco. El motivo es que gana menos que Messi y Neymar (21 millones el luso, 40 el argentino y 30 el carioca, todo después de impuestos) y que, como mejor jugador del mundo que se considera, su entorno tacha la situación de «injusticia». Y claro, tener la cabeza puesta en hacer números y comparaciones con el resto de colegas del planeta fútbol, siempre según los portavoces de CR7, le está pasando factura a su juego. Vamos, que Cristiano llevaba hasta ayer cuatro goles en Liga, los mismos, por ejemplo, que el alavesista Ibai Gómez, porque Florentino Pérez no quiere soltar la mosca y elevar el salario de su estrella a 40 millones limpios al año.

Y encima la queja de los asesores del portugués -el chaval de dinero no habla, ya que dicen que dice que a él lo que le importa es el estatus- llega con el vestuario sumido en la peor crisis de la «era Zidane», con el equipo tambaleándose en el campeonato doméstico, con la Copa del Rey y la Liga de Campeones como objetivos prioritarios para salvar el año y con la hinchada en plena depresión a la espera de ver si los blancos son capaces de bajarles los humos a Neymar y al PSG en febrero. Lo cierto es que con exigencias así la bestia Ronaldo poco bien hace a su causa entre una afición con la que nunca ha terminado de enganchar y que le ha ido perdonando su forma de ser gracias a sus impresionantes números, ahora demasiado pobres a estas alturas de temporada. Pero hace tiempo que quedó claro que a Cristiano poco le importa lo que diga o haga la grada del Bernabéu. Lo que vale para el que se presenta como mejor futbolista del universo es la felicidad de ver que su cuenta corriente -ahora amenaza por Hacienda, otra de las razones de su depresión madrileña y de su amenaza de hacer las maletas en junio- tiene más ceros que las del resto de sus colegas.

Y luego está por ver si realmente Cristiano es el mejor jugador del mundo, el eterno debate sobre si CR7 está por encima de Messi, o es a la inversa. Una elección que en lo que va de temporada cae del lado del argentino que, además de marcar, hace jugar a su equipo. Pero aún queda un largo camino. Todo dependerá de lo que ocurra en la Liga de Campeones y, sobre todo, en el Mundial de Rusia. Ahí se verá qué jugador es más determinante. Aunque, visto lo visto y ocurra lo que ocurra, es probable que Ronaldo siga triste y haciendo bueno eso de que el que dice que el dinero no da la felicidad es que no sabe dónde comprarla. Y como acabe haciendo un buen año y brillando en el Mundial, que Florentino vaya preparando un volquete cargado de millones para tratar de saciar el déficit de cariño la bestia. Y un buen plano del hipermercado donde se vende la felicidad para ver si Cristiano la encuentra de una vez.

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