No parece que entre las virtudes del ilustre profesor Gómez Gil, se encuentren algunas imprescindibles para alguien que dice dedicarse a la docencia o la investigación, como la objetividad o la verificación de los datos. Más bien al contrario, porque con ocasión de la adjudicación a la Liga Española de la Educación y la Cultura Popular (LEECP) de dos concursos sobre programas de inmigración del Ayuntamiento de Alicante, alcanzados en concurrencia competitiva y, reconocido por él, respetando la legalidad y procedimiento, el 14 de enero publica el artículo Adjudicaciones en entredicho, preñado de embustes, descalificaciones y acusaciones injuriosas contra la Liga de la Educación y algunos de sus directivos. Toda una obra maestra de fake news, tan de moda.

El profesor Gómez, omitiendo el más elemental deber deontológico, él, que se dice director de un Observatorio sobre Inmigración, realiza afirmaciones sobre nuestra actuación en este campo sin rigor ni contrastación alguna. Le hubiera bastado con un clic en la web de la LEECP para informarse sobre nuestra organización, integrada por centenares de socios, voluntarios y profesionales, hoy insultados por él.

Si su ceguera no incurriera en la contumacia, el profesor Gómez comprobaría que la Liga de la Educación lleva más de 22 años trabajando la inclusión de migrantes. En 2017 hemos atendido a 12.388 personas en 27 intervenciones realizadas en 7 autonomías, ejecutando programas de alfabetización, centros de apoyo, aulas interculturales en centros escolares, Red de Escuelas interculturales, 2 redes integrales en barrios, estudios sobre el alumnado migrante y divulgación de Buenas Prácticas en integración escolar, todo con cargo al Fondo de Asilo, Migración e Integración de migrantes (FAMI). A esto añadimos tres programas similares financiados por la Comisión Europea y otros cinco por administraciones locales y autonómicas.

¿Exclusivamente financiados por administraciones socialistas como mendazmente acusa el profesor? Las subvenciones FAMI se conceden en concurrencia competitiva por el Ministerio de Trabajo, que dirige la «socialista» Fátima Báñez. ¿Controla el PSOE el departamento de la Comisión Europea que concede las subvenciones de comunitarias?

Otro embuste es que la Liga carece de trabajadores y sede en Alicante donde tenemos 6 técnicas/os contratados, y 2 más en proceso de contratación, con cargo a fondos FAMI, para otro servicio de acogida y orientación de migrantes en Alicante. ¿Pretende el señor Gómez perjudicar, con su campaña de embustes, la profesionalidad de nuestros trabajadores y cuestionar los servicios que debe recibir la población migrante?

Desconoce también el señor Gómez que la LEECP lleva muchos años trabajando con la población migrante en la Comunidad Valenciana. En Alicante hemos tenido Aulas Abiertas Interculturales en varios centros educativos y en València recientemente, hemos celebrado unas jornadas sobre los Retos y valores de la Escuela Intercultural en la Universitat de València, que igualmente ignora.

Tratando de destruir la imagen de la Liga de la Educación, el señor Gómez nos considera una entidad «atrapalotodo» con programas «variopintos, como el de la prevención del VIH en Extremadura». Se trata de un programa del Plan Nacional del SIDA, que realizamos con jóvenes en varias comunidades autónomas, financiado por el Ministerio de Sanidad, dirigido por la «socialista» Dolors Monserrat. Un clic más en nuestra web y conocería el historial de la LEECP en voluntariado, infancia, juventud, formación al empleo, apoyo a la Escuela Pública, cooperación internacional, inmigración e igualdad.

Pero vayamos al capítulo de sus injurias. Me caricaturiza como dirigente de «un entramado de organizaciones que viven al calor de las cuantiosas ayudas recibidas de administraciones gobernadas siempre por el PSOE» y como «guerrista» (alguna guerra sí doy, pero sin utilizar como armas la insidia y la mentira, algo que no parece descartar el señor Gómez). También como «conseguidor de contratos en las administraciones con las que tienen influencia».

Es una acusación tan grave que reclama la interposición de una querella por injurias. Conseguidor, sí, para que durante 2017, 12.388 personas recibieran servicios para su inclusión, por parte de una ONG constituida por voluntarios, cuyos directivos no perciben retribución por el trabajo altruista que realizamos. ¿Por haber sido elegidos en su día diputados en Cortes estamos de antemano descalificados para ejercer como directivos voluntarios de una ONG? ¿No sería mejor que quienes son o han sido políticos debieran dedicar parte de su tiempo y conocimientos desinteresadamente al servicio de quienes más nos necesiten? Algunos directivos de la Liga hemos optado por estas singulares puertas giratorias. En esto tiene razón el profesor Gómez, somos una ONG «tan peculiar», que él no es capaz de entender, porque las puertas giratorias que algunos hemos escogido no acaban precisamente en el mundo de los negocios y del lucro.