Sí, ¡la que lió don ManuelFraga, of course!), allá por los años sesenta!. Al buen hombre, a quien -según dijo una vez- le cabía España en la cabeza y que la calle era suya, no se le ocurrió otra cosa que, para sacar ventaja de la fama española de «país aislado y costumbres bárbaras», como los toros, impulsar un slogan que animaba a los «chanes» a visitarnos porque «Spain is different» («España es diferente», para aquellos no iniciados en la lengua de The Beatles). ¡Ni peor, ni mejor; diferente!. Y, según los entendidos en la materia, «la ocurrensia» cuajó entre los «tour operadores» de la época (antes eran agencias de viaje), produciéndose el primer «bum turístico» que se recuerda y que nos trajo las primeras «vikingas» y «gabachas», con sus bikinis y «to», originándose el disloque en nuestras playas, desde Barcino hasta Tarifa. Manolo, que tenía un par de «bembembes» -por lo menos es lo que decían-, tuvo a bien «reforzar» la imagen de seguridad de España en el exterior luciendo palmito en la playa de Palomares (Almería), cerca de Carboneras, después de que a un avión B-52, de EEUU, se «le escapasen» unas «bombicas atómicas» que fueron a parar a la desembocadura del río Almanzora, una, y al mar, otra. El mozo no tuvo otra «ocurrensia» que, con el embajador USA en nuestro país, bañarse, en pleno mes de enero, para hacer ver que no pasaba nada, que las aguas no estaban contaminadas y que si alguien moría en esa «playica» sería por ahogamiento al ver las atrayentes carnes que enseñaban/mostraban las suecas. ¿Quién no recuerda la imagen de Manolo con aquel «meyba», modelo «mesa camilla», que puso los vellos de punta a muchas damas, que se ruborizaron al comprobar el corpacho nada apolíneo/atlético del «galleguiño». ¡Qué barbaridad, Manolo!.

¡Pues sí, don Manuel fue quien destapó el tarro de las esencias; si!. Al «Spain is different» seguiría la campaña, también pergeñada por el Ministerio de Información y Turismo que dirigía Fraga, de «Cuando el monte se quema, algo suyo se quema», slogan al que el dibujante/humorista Perich añadió «señor conde», porque la mayoría de ellos -los montes- eran de propiedad privada, hasta que el Estado decidió expropiarlos para incorporarlos al patrimonio nacional y encargarse de su mantenimiento, creyendo que así arderían menos hectáreas. ¡Qué ilusos, porque la realidad fue bien diferente!. De hecho, en los primeros años proliferaron los incendios forestales como única fórmula para «disponer de suelo» en el que construir. ¡La cagaste Burt Lancaster!.

Los que se llevan el primer premio en este concurso de despropósitos son los catalanes. Todo empezó con «Catalonia is not Spain», pero la cosa ha evolucionado y hay quien ha rizado el rizo, dando otra vuelta de tuerca, cuando todo apuntaba que era eso imposible, asegurando que «Barcelona is not Catalonia», como propugnan los de Tabarnia". ¡La Virgen Santa!. ¡Como siga la cosa así, los del Barrio de Gracia van a renegar de ser barceloneses y pedirán su inclusión/integración a Huesca!. Los del Poble Sec, no; esos son seguidores de Joan Manuel Serrat y éste, aunque quiso cantar en catalán el "La, la, la" con el que Massiel ganó Eurovisión -¡osadía juvenil!-, es más español que los telemáticos Junqueras, Puigdemont y Jordis juntos. Otra cosa son las huestes del Nen de Castefa, Edu Soto. Incluso los de Figueres se han manifestado a favor de independizarse del resto de Catalonia, porque, si «is not Spain», ellos quieren seguir «chupando de la teta» de Salvador Dalí. ¡Y digo yo!. ¿Qué pensarán de esta historia los de la rumba catalana?. No me imagino a los Estopa, Peret, Gato Pérez, que era argentino de nacimiento, Los Manolos o a Antonio González, «El Pescaílla», paseando por las Ramblas con esteladas y llamando a la rebelión, aunque Lolita diga que, llegado el caso, se haría el pasaporte catalán. ¡Dulcísimo nombre de Jesús!. Lolita, que cobra de una cadena nacional de televisión, es como Joan Tardá, que asegura que no renuncia al sueldo como diputado porque, en Las Cortes, defiende los intereses de «los catalanes del sur». ¡Y una «merdé», como el sombrero de un «picaor», con moscas y «to», porque a mí no me representa, para nada, el compañero de Gabriel Rufián!.

A nivel autonómico, podríamos asegurar, sin miedo a equivocarnos, que el precursor de las campañas segregacionistas, con clara repercusión en la Vega Baja, fue el ex president de la Generalitat, Joan Lerma, que, en su empeño por «hacer las cosas bien», aseguró, en la presentación de una guía turística de «sus dominios y posesiones», que «la Comunidad Valenciana va desde Vinaròs a Guardamar», pasando -intencionadamente, o no; nunca se sabrá- de, por ejemplo, Orihuela, Torrevieja, Almoradí, Dolores, Rojales, Cox, Callosa, Albatera, las Dayas o Pilar de la Horadada. ¿Lo haría porque los «vegabajeros» no hablamos «valenciá»?.

O sea, según Lerma, la Vega Baja «is not Comunitat Valençiana». ¡Ya la hemos liao, Joseico, con H!. Pero en todas partes cuecen habas y, a nivel local, también nos ha salido un grano en el culo con lo de «Orihuela Costa is not Orihuela» o «La Murada is not Oriola". ¡Mira a ver tú, que llevas gafas, y arréglalo antes de que nos reviente el forúnculo anal y «ensusie» de pus a «to» bicho viviente!. ¡Con don Manuel empezó todo!.