Qué chisporroteante resultó la presencia de Cristina de Middel en Atención obras. Toda energía positiva. Era imposible despegarse de la pantalla mientras su sonrisa permaneció allí, desprendiendo la luz de quienes son felices y se sienten realizados. Fue invitada al programa como flamante Premio Nacional de Fotografía, y esa fue la primera cuestión que le planteó Cayetana. Cómo y dónde encajó la noticia. «La víspera de mi boda», resumió Cristina. «Mañana me caso», era lo único que se le ocurría decirles a los periodistas que la llamaban para interesarse por ella.He visto y disfrutado con las 199 entrevistas emitidas hasta la fecha. A punto de llegar al programa 200, no ha sido fácil encontrar en este sancta sanctorum de la cultura en la televisión invitados con vinculación alicantina. De ahí que cause un plus de felicidad cuando alguno de los artistas que muestran su talento es de nuestra zona. ¿Hasta qué punto está Alicante en el mapa de la cultura nacional? ¿Qué peso tienen los alicantinos? Atención al modo en que salió a colación la ciudad. Cayetana le preguntó cómo fue el proceso creativo de Afronauts a lo que Cristina, para corroborar la precariedad de medios, confesó que aquellas fotos se habían realizado «a diez minutos de la casa de mis padres en Alicante». La casa de mis padres. No dijo «mi casa».
Ahora que tanto se comenta en tono peyorativo la querencia del ministro Zoido por su Sevilla (a la que vuelve con cualquiera excusa o evento sea laborable o festivo) echo en falta homónimos alicantinos no sólo en el ámbito de la política sino de la cultura y las artes. Alicantinos que no lo sean sólo de nacimiento. Que a la menor ocasión regresen, pululen, se inspiren, produzcan en la ciudad. La encantadora Cristina de Middel es ciudadana del mundo. Y Alicante, la casa de sus padres.
