Después de que algunas de mis columnas hayan causado brecha y alimentado tensiones durante estas celebraciones navideñas en mi familia como si fuera el PP ilicitano; alguno de mis cuñados me tiraran el periódico a la cabeza con la misma mala leche con la que César Sánchez, presidente de la Diputación, plantea el Fondo de Cooperación Local contra Elche; y se me indigestara el pavo, como a Carlos González, el Mercado Central; y al PSOE, Blanca González y Alejandro Soler; he jurado como propósito para este nuevo año tomarme Elche por montera y vivir al estilo Mireia Mollà, en una realidad paralela como Compromís 2030, o, mejor aún, a lo David Caballero, con el síndrome de «la pérgola», es decir, arranco de los presupuestos una pérgola y me autoproclamo salvador de la patria ilicitana y la autocrítica para otro año, ¡qué carajo!

Voy a seguir los consejos de mi buena amiga, Asun, que me envía un whatssap después de cada columna: ¡relájate! Sí. Juro que voy a relajarme este 2018. Siento si esto genera alguna decepción entre mis millones de seguidores. No me gustaría terminar convirtiéndome en una caricatura de mí mismo, repitiendo un guión, como las últimas ruedas de prensa de los diputados en las Cortes valencianas del PP ilicitano en el que ya se ha acuñado la frase: ¡València nos roba! Porque ya sabrán ustedes que alguien nos roba. No sabemos quién exactamente, depende del año, o sea, del Gobierno que haya, antes era Madrid, ahora València, pero, nunca la Diputación de Alicante. En fin. No me quiero soliviantar, así que cambio de tema.

Con esta buena disposición he comenzado el año y, dejando de lado los problemas perentorios que acucian la ciudad, ¿a quién le importan?, me quedo con el plácido desayuno informativo que celebró nuestro alcalde, Carlos González, el pasado lunes. Vive Dios que me contengo para no hacer ningún chascarrillo. El análisis de estos años: avance, progreso y bienestar para todos; y, sobre todo, buenas intenciones para que el tripartito termine sano y salvo el mandato. Nadie puede negar a estas alturas que sólo alguien como Carlos González es capaz de lidiar con un gobierno tripartito y mantenerse más o menos incólume; y lo que todavía tiene más mérito, pudiendo estar cerca de perder la Secretaría General del PSOE de Elche y mantener la misma afabilidad y buen talante de siempre. Como dice el Gran Wyoming: ¡Si es que es para quererlo! He de confesar que desde el mismo momento que decidió dar el salto en la agrupación como secretario general me convertí en un Carlos-Gonzalista; aunque finalmente no le di mi voto cuando decidió asegurarse la victoria a costa de los principios que movían su candidatura.

Admiro su carácter, lo reconozco, y quisiera ser capaz de mantener yo también la calma ante la tempestad que se avecina... Primero las elecciones a secretario general comarcal y luego, oh Dios mío, las elecciones a secretario general de la agrupación ilicitana que deben de caer cerca del Domingo de Resurrección. ¿Qué pasará si las pierde? A tenor de los resultados de las últimas elecciones en la agrupación, podemos afirmar que el sector de Alejandro Soler tiene serias posibilidades. Y si a esto le sumamos ?¿cómo decirlo sutilmente?? la alta volatilidad, efervescencia e impredecibilidad de los socios de Carlos González en el pacto socialista; yo no me relajaría demasiado. Sea como sea, aunque las pierda, será el próximo candidato del PSOE, porque, además, no creo que haya otro candidato mejor para ser alcalde de nuestra ciudad por muy mejorable que Carlos sea, siempre y cuando sea capaz, eso sí, de quitarse de encima las pesadas cadenas que lo hunden. En caso contrario, más nos valdría encomendarnos a San Judas Tadeo y pedir que José Manuel Sánchez, actual concejal de Urbanismo, junto con otros militantes que tienen mucho que aportar, lideren una opción seria, crítica y honesta.

Llegados a este punto me pregunto, ¿por qué no aprovechas ahora que el suelo se tambalea bajo tus pies, Carlos, para soltar literalmente el lastre y despliegas todas tus cualidades retomando todos los principios que motivaron tu candidatura? ¿No crees que quizá sea ésta la última oportunidad para demostrar sin cortapisas todo lo que hemos esperado de ti dentro y fuera del partido? No pactes. Sé tú mismo. Hace poco escribiste una tribuna sobre el aniversario de los 127 años de historia de la Agrupación local. Éstas fueron las últimas palabras del primer manifiesto publicado por el comité local del PSOE el 25 de enero de 1891: «!Viva la virtud y la honradez! ¡Viva la humanidad!».

Y encima el PP te regala a Pablo Ruz. Juro que lo he intentado.