En INFORMACION del 31-12, Mercedes Gallego, probablemente para abrirnos el apetito, nos muestra un aperitivo de lo que será el juicio a celebrar en el mes de mayo en Alicante y en el cual se sentenciará si hubo o no delito en el cobro de dietas por un importe de 600.000 euros por parte del expresidente de la CAM, Modesto Crespo. Si analizamos el asunto de forma objetiva, hemos de reconocer que este tema no debe interesar gran cosa a la gran mayoría de la sociedad española: no hay corrupción ni utilización de fondos públicos, y en cuanto a la cifra cobrada tampoco es una cantidad que llame mucho la atención en comparación con las que estamos acostumbrados a ver o escuchar últimamente, otra cosa es lo que significa el tema para la sociedad alicantina y especialmente la ilicitana. En Alicante teníamos una empresa con más de 125 años de historia y que manejaba un volumen de negocio de más de 70.000 millones de euros (más de 12 billones de las antiguas pesetas) y que de la noche a la mañana desapareció y hasta ahora no parece haber grandes culpables. En el último juicio las sentencias fueron muy leves e incluso absolutoria en el caso de Crespo, por esta razón muchos esperan que la sentencia sobre las dietas sea más ejemplarizante, pero yo creo que hay que situar las cosas en su justo término, aquí solo se va a juzgar si el consejo de administración tenia capacidad para conceder esas dietas y si Crespo al aceptarlas cometió apropiación indebida.

En este tema de las dietas hay un detalle curioso y que llama la atención, me refiero a que Crespo fue nombrado presidente de Tinser (cargo por el cual cobró las dietas) el 27-11-2009 y sin embargo se le pagaron dichas dietas desde el 1-7-2009, es decir con carácter retroactivo, a pesar del tiempo transcurrido nadie ha querido o sabido explicar el porqué de esta anómala actuación. En artículos y cartas yo he dado mi opinión sobre esto y ahora de forma novelada e inventada lo voy a repetir: Cuando a finales de junio de 2009, Modesto Crespo fue nombrado presidente de la CAM se dirigió a Roberto López, exdirector general de la caja y único dueño y señor de todo el «cortijo», y le dijo: «Roberto, yo quiero dedicarme por entero a la caja, pero eso me obliga a dejar mis negocios y con los 3000 euros anuales de dietas yo no puedo vivir». -«Te entiendo y ya lo tenia pensado, te voy a pagar 300.000 euros anuales por ser presidente de Tinser». -«Roberto, eres mi padre y te quiero un huevo».- «Muchas gracias, pero lo que yo quiero es que tu me apoyes en todos los proyectos que tengo in mente». -«Cuenta conmigo de forma incondicional». Pasaban días y meses y Modesto le preguntaba a Roberto «qué hay de lo mío». -«Tengo muchos líos, pero no te preocupes, cobrarás desde la fecha que te lo comunique». Metidos en el mes de noviembre, Roberto encontró un hueco, se dirigió a la comisión de retribuciones de la caja y les dijo «quiero que al próximo consejo del día 27 llevéis la propuesta de nombramiento de Modesto como presidente de Tinser y que se le fije una retribución de 300.000 euros anuales pagándole desde el mes de julio de este año». Como no podía ser de otro modo, la comisión llevo al pleno del consejo de administración esta propuesta que fue aprobada por todos los consejeros. Los componentes de la comisión de retribuciones dicen que el consejo fue informado de todas las condiciones y los miembros del consejo dicen que no se les explicó nada, aunque luego figuraba en el acta de la sesión, pero que la misma no fue leída, pero si firmada por los consejeros.

Lo expuesto es mi opinión y ahora lo que toca, independientemente de lo que diga el juez, es que la sociedad, sobre todo la ilicitana, valore si Modesto Crespo, al dejar sus negocios, merecía cobrar los 300.000 euros por un cargo que algunos califican como de presidente florero.