El Instituto Valenciano de Finanzas es el que tiene que decidir en las próximas horas si el aval del Elche, que viene apoyado por José Sepulcre, tiene solvencia. La propuesta registrada el pasado jueves incluye una «comfort letter» que deja bien claro que tienen ese dinero en un banco nacional y el IVF, si al final la acepta, exigirá que se presente dicho aval bancario al primer requerimiento. Blanco y en botella. A pesar de que al entorno franjiverde no le gusta la operación, por lo que representa el expresidente, todo apunta a que la Generalitat va a dar el visto bueno, salvo sorpresa de última hora, ya que prefiere pájaro en mano más que ciento volando. Considera que Sepulcre, si al final se confirma la validez del aval, es el que más le ha ofrecido. Skyline trajo esos 4,1, con la condición de quedarse con las acciones y no pudo hacerse con ellas. Garrido también pone esa cantidad si le quitan de en medio al expresidente. Desde el Consell se quieren poner la medalla de ser los únicos capaces de llevar de la oreja al expresidente a poner esos 4,1 millones y, de esta forma, conseguir que cuando decida Bruselas el club no llegue a la disolución y le saquen los colores. Argumenta que ha pasado de que su participación quedara diluida con una ampliación de capital a, por lo menos, tener algo en la mano y poder contar con la garantía del Martínez Valero siempre que esté libre de cargas el estadio. Las de Hacienda y Seguridad Social no son un problema ya que se le asigna al campo un valor de 51 millones. Esto es lo que está estudiando la Generalitat. Si se llega a los siete millones libres de cargas darán el visto bueno. No obstante, no son ilusos, y son conscientes de que como en «La Guerra de las Galaxias», aquí acabará un capítulo. Llegará un segundo e incluso un tercero, hasta que se produzca el retorno del Jedi (incumplimientos en los pagos acordados). Entonces tendrá el estadio y no humo. Va a conseguir un acuerdo similar al de Hacienda y se cubre las espaldas con relación a la sanción de Europa. Dice un proverbio que «si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía». Así está la partida, mientras el entorno franjiverde parece haber tirado la toalla a la espera de una junta en la que las cartas están marcadas. El Elche vuelve a salir trasquilado y en caída libre hacia el precipicio. ¿Hay alguien ahí?.
