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El periodismo, tan necesario como siempre

Independencia, valentía y fiabilidad, los valores de la buena información también en la era digital

El torbellino actual no debe arrancar las raíces de aquella semilla de la que, ya hace siglos, prendió un robusto tronco, erigido en uno de los pilares de la sociedad moderna. Ese pilar, el periodismo, recibe ahora el azote de un huracán digital, un viento que debería soplar a favor de su vocación de información veraz y servicio público pero que, con frecuencia, rola 180 grados amenazando con levantar ese tronco. Por eso, se hace tan necesario como hace siglos que el periodismo otorgue firmeza a sus raíces y, en base a ellas, sepa aprovechar los nuevos tiempos y no sucumbir ante ellos.

No es baladí la nota firmada este 1 de enero en "The New York Times" por su nuevo editor, Arthur Gregg Sulzberger. La misma sirve de advertencia pero, por encima de todo, refleja una ilusionante renovación de un compromiso. El mismo que inspiró el viaje, en 1896, desde Chattanooga (Tennessee) a Nueva York de su tatarabuelo Adolph Ochs para levantar el vuelo de un pequeño periódico que atravesaba un momento de absoluta decadencia. "Ese momento no es tan ajeno al que vivimos ahora", advierte Sulzberger. Su tatarabuelo, y descendientes, consiguieron convertir aquella cabecera en un gran referente del periodismo. Y el nuevo editor ha querido renovar su compromiso con los mismos valores de sus antecesores. "La necesidad de un periodismo independiente, valiente y fiable es tan grande como siempre lo ha sido", afirma el nuevo editor de "The New York Times".

Pero mantener con firmeza las raíces del periodismo no equivale a darle la espalda a los nuevos tiempos, sino que equivale a encontrar la forma de volar a favor de sus frenéticas corrientes sin que éstas se lleven por delante la vocación original y servicial del periodismo: informar al público. "Gente que intenta comprender estos cambios y sus implicaciones se hallan a sí mismos confundidos por políticas polarizadas y por una prensa partidista más centrada en avanzar en sus propios intereses que en informar al público", advierte Sulzberger, para quien recuperar la misión de su tatarabuelo Adolph Ochs es "particularmente urgente hoy".

Así, el reto del periodismo no es otro que reafirmar sus valores originales. O al menos así debería ser para todo aquel que piense que "el periodismo sostiene a una sociedad sana", según expresa el propio editor del Times, quien dibuja un panorama actual con cierto grado de desolación. "El modelo de negocio que durante un largo periodo sostuvo el trabajo duro y costoso de los reporteros se está minando, forzando a nuevas organizaciones de todo tipo y tamaños a recortar sus equipos de redacción y redimensionar sus ambiciones. La desinformación crece y la confianza en los medios desciende en la medida en la que las plataformas tecnológicas elevan el uso de ganchos para ganar clics, de rumores y de propaganda por encima del periodismo real y los políticos compiten por sacar ventaja a costa de inflamar la desconfianza sobre la prensa", describe Sulzberger. Él mismo, al poco de tomar su cargo, ya recibió presiones públicas -precisamente a través de twitter- del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien no concibe críticas de medios como el Times.

Por ello, la prensa debe mirar hacia atrás para volar hacia adelante de la mano de los nuevos tiempos. Sin esas temidas "políticas polarizadas" y manteniendo de forma simple y unánime una máxima: la sociedad no se puede permitir que el periodismo traicione a sus principios de independencia y veracidad. Un periodismo de calidad no puede abandonar su vocación pública ni olvidarse del modelo de negocio que ha permitido sostener los equipos humanos periodísticos necesarios para ejercer la profesión con profundidad de visión y diligencia en la búsqueda de la verdad. La savia nueva de la era digital no puede empodrecer este robusto tronco de la sociedad.

Así, regando y abonando sus raíces, la prensa debe crecer de la mano de los nuevos tiempos. "Creo que todos estos cambios llevarán a un reporterismo más rico y vibrante que cualquier cosa que hayamos podido soñar en tinta y papel", señala, sin atisbo de duda, el nuevo editor de "The New York Times".

Mirando a un futuro digital con ilusión pero manteniéndose fiel a sus orígenes y vocación, el viejo periodismo se dará la mano con el nuevo para el bien de la sociedad. Porque, al fin y al cabo, el periodismo, con todas sus letras, sigue siendo tan necesario como siempre.

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