Perdonen que recurra a términos escatológicos, pero ahora que todo ha pasado y que la gente ha ido a votar legalmente en Cataluña podemos decir, con rotundidad, que la coincidencia de las elecciones catalanas con las fiestas navideñas ha sido otra más de las numerosas cagadas de la gestión de la crisis del independentismo. Pero ésta del tamaño de las que hacen las vacas. Enorme. Imagínense la Nochebuena y Navidad que se va a vivir en muchas casas catalanas entre cuñados de signo abiertamente contrario. Aunque ciertamente el Gobierno de la nación no es el único que ha metido el cuezo en estos tiempos. Podemos con su claro posicionamiento con los independentistas, tirando piedras contra su propio tejado, si es que realmente aspira a ser un partido de ámbito nacional, que ha perdido 42.000 votos en estas elecciones. El PSOE, con su tibieza y falta de liderazgo, que ha dejado frío al electorado, pues Iceta aspiraba a ser president y no va a pasar de eso, de aspirante, a pesar de haber subido en 80.000 votos. Los de la CUP tampoco han convencido porque han perdido 140.000 votos, un desastre sólo superado por los del farolillo rojo, esto es por un PP en serio riesgo de extinción en Cataluña, con una sangría de 200.000 votantes. El castigo a sus políticas es palmario. Los policías con las porras y la marimorena, el 155, las detenciones y la pasividad anterior. Todo ello ha sumado.

Ciudadanos, la gran vencedora con Arrimadas al frente, ha ganado las elecciones. Sin embargo, a pesar de los 600.000 votos de más que ha obtenido con respecto de las anteriores elecciones, no va a poder gobernar, porque los independentistas tienen mayoría absoluta y el bloque constitucionalista es un simple espejismo, porque no existe. Si la ley D'Hont no fuera tan traicionera, podría tener por número de votos diez u once escaños más, y entonces sería otro cantar. Ha obtenido prácticamente el mismo número de votos que CIU en 2010, quien consiguió 50 escaños. Del otro lado, los vencedores de la contienda electoral han sido los de Junts per Catalunya y ERC que, pese a que tenían a sus respectivos líderes encarcelados o fuera de España, o precisamente gracias a ello, han ganado en suma nada menos que 249.000 votos entre los dos.

En Cataluña ha habido una clara movilización del electorado, pese a que el jueves fuera día laborable. Los resultados electorales indican que es momento de ponerse a trabajar para buscar una solución a la situación disruptiva existente en esta Comunidad, bajo el paraguas constitucional.