Cuando escribo este breve análisis se están celebrando las elecciones catalanas. Si la diferencia entre los dos bloques-nacionalista y constitucionalista- es inferior a tres o cuatro escaños, como pronostican los sondeos; si la elección de un candidato, independentista o no, depende de esos votos, tenemos garantizada la polémica en tertulias para una temporada, y espero que no trascienda más allá. ¿Pueden los jueces mantener en la cárcel a los diputados electos, sin que les autoricen a ir a recoger su acta, o sin poder votar en la sesión de investidura, o sin presentar la renuncia al acta para que corra la lista? Poder, pueden; pero su decisión condicionará extraordinariamente la salida de la crisis catalana.

Ahora que ya conoce los resultados, estas serían las posibles alternativas:

A) Según los últimos sondeos las candidaturas independentistas, JxCat, ERC y la CUP, tendrían en total entre 67 y 70 escaños. La mayoría absoluta para elegir president de la Generalitat son 68. Si suman 68 o más, ¿quién evita que los Jordis, Puigdemont o Junqueras acudan a votar? ¿Y que o Puigdemont, en Bruselas, o Junqueras, en la cárcel, uno de los dos resulte elegido president? Aunque a renglón seguido vuelvan a la cárcel o dimitan y la lista corra. Mantenerlos en la cárcel y que no voten la investidura no se entendería, y la inestabilidad sería la constante desde el principio de la legislatura. Si los independentistas superan los 67 escaños, aunque no les autorice el juez a estar presentes en el Parlament, no habrá candidato alternativo del otro bloque. Un candidato alternativo constitucionalista que resultara elegido para president, porque haya tres o cuatro diputados electos en la cárcel, estaría deslegitimado desde el primer día. Y más después del alarde que ha hecho la vicepresidenta Sáenz de Santamaría atribuyendo a Rajoy -no a los jueces- haber descabezado a los partidos independentistas. Con otra ocurrencia como esa hunde al presidente y al bloque constitucionalista.

B) Si el bloque constitucionalista, Cs, PSC y PP, tuvieran mayoría absoluta presidiría Inés Arrimadas (Cs) como partido más votado del bloque. Los sondeos les dan en total entre 55 y 58, lo que hace esa mayoría bastante improbable. Esta opción, la que más ha apoyado el PP, debilita extraordinariamente a Mariano Rajoy. El padrino de Cs está siendo Aznar, y la victoria de Cs en Cataluña indirectamente cuestiona el liderazgo de Rajoy en el PP nacional. Es la opción que empujaría a la recentralización.

C) Los Comunes-Podemos parece que tendrán entre 10 y 11, si con los constitucionalistas suman 68 o más -los sondeos dan entre 66 y 69- no votarían a Arrimadas; pero quizá sí a Miquel Iceta (PSOE) que tendría todas las probabilidades de ser president, con el respaldo del bloque constitucionalista y de los Comunes. Esta es la posibilidad que Iceta ha repetido a lo largo de la campaña. Tanto PP como Cs se verían en la responsabilidad de votar a Iceta, y éste tendría que buscar un gobierno con muchos independientes, incluso próximos a Unió Democrática, buscar consensos y cerrar heridas. Esta es la opción más favorable para el PSOE, pero también -no olvidar- para el liderazgo de Rajoy en el PP.

D) La otra posibilidad, muy difícil, es la que pretende Podemos: ERC, Comunes y PSC, ofrecerían la presidencia a Iceta, que tendría que condicionar su candidatura a un programa en el que se descarte expresamente la declaración unilateral de independencia (DUI), el llamado derecho a decidir y la presencia en el govern de las cabezas más representativas del independentismo. Al igual que en la alternativa anterior, Iceta tendría que buscar consensos. Podemos querría cobrarse en Madrid el apoyo prestado, en forma de moción de censura, y ERC puede desgarrarse en esa apuesta.

El objetivo no puede ser otro que buscar un govern estable y que gobierne dentro de la legalidad constitucional. Desde ahí el Gobierno del Estado tiene que hacer lo que no ha hecho hasta ahora: negociar la reforma territorial y constitucional en lo que queda de legislatura. Esto es mas fácil con la opción C) y en mi opinión es la más deseable. Con la primera opción, la opción A), mayoría absoluta en escaños del bloque independentista, aunque no es probable que obtenga la mayoría absoluta de votos ciudadanos, la estabilidad es dudosa y más dudosa la aceptación de la legalidad constitucional o el compromiso de moverse dentro de la legalidad. La que se avecina.