Llegan las Navidades y con ellas el parón futbolístico. Unas vacaciones que se alargan hasta el próximo año. Es hora, pues, de hacer un examen, si no de conciencia, sí de resultados y de números en el Hércules. Las sensaciones van en otro capítulo, el de lo futurible.

Además coinciden los días de asueto navideños con el término de la primera vuelta del campeonato. Diecinueve partidos que se han pasado como un suspiro, y sobre los que no hay posibilidad de rectificación.

Empecemos por Claudio, segundo entrenador de la temporada como ya viene siendo habitual en el Hércules. Ha dirigido al equipo en diez partidos, ganando cuatro, empatando cinco y perdiendo uno. Total: 17 puntos de 30 posibles. Su antecesor, Siviero, dirigió el banquillo en nueve encuentros, de los que se ganaron, empataron, y perdieron tres, sumando 12 puntos sobre 27. Números parejos si tenemos en cuenta que el argentino cuenta con un partido menos. Ambos, por tanto, sin llegar al aprobado.

Sumados arrojan unos números exiguos para lo que se espera siempre del Hércules en esta maldita categoría. Finaliza la primera vuelta y el equipo blanquiazul se encuentra fuera de la promoción, en sexta posición empatado a puntos con el séptimo, y prácticamente a un partido tanto de los puestos de privilegio, como del noveno de la clasificación.

Las augurios siguen sin ser medianamente buenos. La realidad, peor. Más números: séptimo equipo más goleador y quinto menos goleado. Regular tirando a peor. Nunca entre los cuatro primeros en nada positivo. El ariete, Carlos Fernández, comparte número de goles, cuatro, junto a Óscar Díaz y Chechu Flores. No está Fernández ni entre los diez primeros de la tabla de goleadores del grupo, aparece en la posición vigésimo segunda. Enric, del Cornellá con 18 y Mir, del Mestalla con 15 la comandan. Suspenso también en esta materia, como viene siendo habitual en los últimos años.

A la vista está. Los resultados y números del Hércules no dan para aprobar este parcial de Navidad. Suspende el equipo alicantino en todas las materias, incluida la Copa en la que cayó eliminado en casa contra el máximo rival. Como los malos alumnos, ni ha estudiado, ni se ha documentado, ni se ha preparado, pero lo peor es que no se atisba espíritu de enmienda. Siempre echando balones fuera. Por mucho que se quieran ver sensaciones buenas en el juego del equipo con la llegada de Claudio, aquél sigue siendo rácano. Las lesiones, la última de Chechu, uno de los baluartes del equipo, no ayudan a la urgente y necesaria mejora, pero tampoco deben servir de excusa.

Necesita el Hércules como agua de mayo acertar en los fichajes del mercado de invierno para intentar asaltar los puestos de promoción. Todo el mundo sabe de la necesidad perentoria de un goleador que aporte al menos doce dianas por temporada, el resto queda en la sapiencia que a la dirección deportiva se le suponga, con la inestimable ayuda del entrenador que algo tendrá que decir en esta materia.

Los demás, presidente y accionista mayoritario, a ver, oír y callar, que con lo que tienen a nivel institucional la faena les sobra. Una vez superada la acuciante crisis accionarial con el IVF, a esforzarse y esmerarse en su apartado: sacar de los números rojos a la entidad. Los otros números y resultados, mejor dejarlos para quienes se supone que saben. Al final de curso la nota definitiva. Ojalá no repitamos curso.