Y llegó el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, prometió el maná en infraestructuras ferroviarias para los próximos años, y algunos le hicieron la ola. Pero seamos serios. Se lanza una promesa de que en los próximos siete años podría consumarse la conexión entre Alicante y el aeropuerto de El Altet. Como bien dijo Mariola Sabuco en estas páginas, largo me lo fiáis. Publicado el 28 de diciembre hubiese parecido una broma. Y lo es. Porque teniendo en cuenta de dónde venimos, y todas las promesas incumplidas sobre el particular a lo largo de los últimos veinticinco años, el anuncio se puede tomar tan en serio como que la estación de Renfe de Alicante será provisional sólo por un corto espacio de tiempo. Pero hay más. Está la línea de Cercanías C-3, de Alicante a San Vicente, que se va a alargar hasta Villena. Atentos a los horarios que vienen rigiendo en los últimos años en los trenes de Media Distancia, es decir, los que entran en el paraguas Obligación de Servicio Público (OPS). Primer Media Distancia Alicante-Elda-Villena: 10.03. Segundo Media Distancia Alicante-Elda-Villena: 10.12. Tercer Media Distancia Alicante-Elda-Villena: 17.05. Definirlo como abracadabrante es poco. Así hemos estado los últimos años. Y así seguimos. ¿Cómo es posible que no exista un servicio a mediodía, entre las 13 y las 15 horas, tanto de ida como de vuelta?
Pero atención al anuncio, y a lo que nos viene encima. Paradas previstas, ¡temblad!: Universidad, San Vicente del Raspeig, Agost, Monforte del Cid, Novelda-Aspe, Monóvar-Pinoso, Elda-Petrer, Sax y Villena. ¡Y no se plantean llegar a Caudete! Vaya con Fomento. Caudete pertenece a Castilla-La Mancha, bien es cierto, pero sucede que la línea férrea de Alicante a Valencia pasa por su término municipal, para más tarde seguir hasta La Encina, pedanía villenense y por tanto territorio alicantino, y de allí hasta Font de la Figuera, y por Moixent, hacia Valencia. Si la línea de Cercanías muere en Villena, dónde queda la conexión tantas veces reclamada por el Ayuntamiento de la ciudad entre Villena, Caudete y Font de la Figuera, para enlazar con Valencia. Lo de Caudete es especialmente flagrante. El expresidente de Castilla La Mancha, José Bono, se empeñó en que el AVE pasara por todas las capitales de su Comunidad. Motivo por el cual los alicantinos, los murcianos y los cartageneros, para ir a Madrid, estamos obligados a pasar por Cuenca. Esto ocurre con la Alta Velocidad, de la que se aprovechan unos pocos. Pero cuando hablamos de cercanías, del ferrocarril como vertebrador del territorio, ahí ya nos ponemos exquisitos y situamos las fronteras a nuestro antojo.
La estación de Caudete, con más de 10.000 habitantes, siempre ha tenido mucho trasiego de viajeros. Todo lo contrario que las de Agost, Monforte del Cid, y Novelda, situadas a varios kilómetros de estas poblaciones. El futuro Cercanías Alicante-Villena puede morir de inanición si el trayecto pasa de los 35 minutos actuales de los Media Distancia a los 60 o 70 que se podrían alargar realizando todas las paradas. Y ello sin contar con los cruces con otros trenes. Estamos hablando de una vía. No de doble vía.
Volvemos a los tiempos del Ferrobús. Ese convoy gris que tenía parada en todas las estaciones que ahora vuelven al mapa, más la Colonia de Santa Eulalia, la única extinguida en los últimos 40 años. Las estimaciones hablan de 2.000 usuarios al día. Me pregunto cómo van a fidelizar al cliente, que hace muchos años abandonó el tren para pasarse al coche, con unos tiempos tan poco competitivos. El tren es el medio de transporte más confortable. El más respetuoso con el medio ambiente. Pero vamos a ver, si la línea C-3 hasta San Vicente, con un trayecto de 10 minutos, es un erial, ¿cómo tiene que ser el efecto llamada para que cuaje hasta Villena, parando en Agost o en Monforte en medio de la nada, y no llegando a Caudete, donde habría entre 300 y 500 viajeros «recurrentes»? Comprendan que no haga la ola.
