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El "fúrgol" según Villar

Escuchar a Ángel María Villar explicando los motivos -para él inexistentes- por los que acabó en la cárcel junto a su hijo acusado de utilizar la Federación Española para enriquecerse, dan para pensar, y mucho, sobre lo que se esconde en las cancillerías del mundo del fútbol. Para empezar, el "fúrgol", como lo llama Villar, tiene derecho a vivir al margen de la ley, sobre todo sus dirigentes. El argumento es que la Federación Española de "Fúrgol", que es una empresa privada cuando interesa, entró a formar parte en su día en el supremo ente de la FIFA, que también -o no, como se ha visto últimamente- vive al margen de la ley al contar en sus estatutos con artículos que son muy claros sobre las injerencias de los estados/justicia en sus asuntos y en el de sus asociados. "En resumiendo", que si te pillan metiendo la mano en el cajón o cometiendo cualquier otro tipo de golfería basta con hacer como el matón sudafricano de una de las películas de la saga de "Arma letal" y sacar el carné de FIFA, UEFA o similar gritando: "¡Inmunidad diplomática!". A partir de aquí cualquier cosa que la justicia y sus brazos armados hagan es una persecución en busca de la cabeza de Villar -que se define como exfutbolista, sindicalista y abogado tardío gracias a la Universidad de Deusto- para colgarla en la sala de trofeos del gobierno de turno. Villar se presenta así como el mártir de un complot maquinado desde La Moncloa, que se ha saltado las reglas FIFA y que por eso, y no porque Villar haya ido corriendo a chivarse al "primo de Zumosol" como lo llama Tebas, España corre peligro de ser sancionada sin disputar el Mundial de Rusia. De los pinchazos telefónicos de la Guardia Civil dentro de la "operación Soule" en los que se oye de todo, el hombre del "fúrgol" español insiste en que están sacados de contexto. Y del juez de la Audiencia Nacional que lo envió a la cárcel y que lo acusa de llevárselo crudo, que se está equivocando como otros muchos jueces. Luego está esa parte en la que parece que la cabeza de Villar, que en ocasiones se apaga dando la sensación de que está sesteando, habita en otro planeta. Esto pasa cuando, por ejemplo, asegura que sigue siendo presidente de la Federación, a pesar de haber sido inhabilitado. Por eso dice que se planta todos los días en la sede de la Federación a trabajar, a pesar de que ya no tiene despacho. Así que curra sentando en un sofá del pasillo o en las escaleras mientras le pregunta a la secretaria de turno si "hay alguna carta o llamada para el señor presidente". Berlanga en estado puro. Y entre medias, le ofrece a Mariano Rajoy ser el ayudante de Lopetegui para que gane más dinero, en lo que podría ser el mejor ejemplo de lo que según Villar es el "fúrgol": un mundo en el que con poder de intimidación y liquidez se compra lo que haga falta. Hasta la decencia.

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