El empate técnico suena a turbia Navidad y planea por encima de los pretendientes. Los votantes compran polvorones y tila, y seguirán deshojando flores de Pascua. El bloque soberanista tiene papeletas en busca del premio gordo de la Lotería del 21D. No quiere apearse de la unilateralidad si triunfa en las urnas y fracasa la negociación bilateral con Rajoy, el jefe que sopla un matasuegras y que no se enteró de la corrupción de su grupo y de muchos residentes en él. Ese bloque no renuncia a la independencia, como objetivo, y continuará sacando los pies del tiesto de la legalidad actual. Si hay que armar el belén, se arma. ERC y la CUP lanzan polvos pica-pica para espantar al trío 155 antes del día de los Santos Inocentes, e Inés Arrimadas enfría el cava en la nevera y guarda confeti. Iceta toca la zambomba del PSC, pide aguinaldo electoral, baila y rechaza un tripartito de izquierdas. Por ahora se pone a tirar tomates a la formación naranja y le gustaría lanzar cohetes si reúne apoyos para ser investido president. Catalunya en Comú-Podem sentará a un pobre en Nochebuena y cuelga la llave de la gobernabilidad en el árbol navideño. Regala bombas fétidas a JxCat, Ciudadanos y PP, e indica condiciones a los demás. Así que las trincheras y las líneas rojas de los partidos, que concurren a las elecciones del próximo jueves, colocan obstáculos, de momento, de cara a dirigir la orquesta catalana. Se sabe que la participación de los votantes tiende a establecer un récord de altura y que la posibilidad de los pactos postelectorales no está disponible a día de hoy. Independentistas y constitucionalistas tocan las panderetas y disparan amargos mazapanes unos a otros. Puigdemont, el exiliado, pasea por el centro de Bruselas con ropa de Santa Claus, y allí se zampará los turrones y brindará por la independencia o algún tipo de relación con España. Si vence regresará en camello, con una corona de roscón de reyes y un saco de carbón para el enemigo? ERC reivindica a Junqueras aunque esté en la sombra haciendo cura de adelgazamiento. Oriol canta villancicos en Estremera y remite un christma a Rajoy pidiendo diálogo y deseándole felices fiestas.
