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Francisco Esquivel

Tiene que llover

Francisco Esquivel

Campaña sobre campaña

Cuando me puse, Rajoy andaba por Bruselas. Pero volvió. Tanto a la llegada como a la finalización del Consejo Europeo, los representantes de los países tienen la costumbre de pararse con los medios a reflejar sus propósitos e inquietudes y el nuestro optó en este caso por darse a la fuga hasta que no hubo tu tía como con la uefa en Champions. Por contra, el huido oficial, ex o president de la Generalitat según quién lo enfoque, comparece ante la opinión pública todos los días desde que puso pies en polvorosa, la asalta a cada paso, y ha conseguido una presencia infinitamente mayor desde que no está que cuando, con el boato a pleno rendimiento, deambulaba entre el vecindario. Cualquiera es el guapo que entiende algo. De lo poco que puede extraerse con cierta claridad es que, dentro del escenario creado, ir a contracorriente, renta. Todos los dividendos que los interesados vienen dejándose en sondeos para intentar hacerse con la foto fija de lo que ocurrirá en la víspera del sorteo de lotería abocan a la puñetera certeza de que lo que se impone es la inçertesa. De ahí que, aparecer integrado en lo que sería para entendernos la normalidad, tenga a más de uno al borde de un ataque e Iceta, sin ir más lejos, haya pasado del bailoteo a dar brincos para descolgarse del brazo constitucionalista de García Albiol que hasta los propios saben que está lleno de ronchas. Las horas que Rajoy estuvo alejado de cuitas internas las pasó entre los choques sobre la reforma del euro, el breixit y el enfrentamiento por las cuotas de refugiados entre bloques de la UE. En fin, ya se sabe que cuanto peor, mejor. Y es de suponer que, nada más retomar el timón al regreso, pediría información sobre cómo van los dispositivos puestos en marcha por distintos departamentos para evitar ciberataques que fomenten bulos entre el cierre de urnas el 21 y la proclamación de resultados. Bueno está el patio. Tanto, que el tradicional cuento de Navidad será insuficiente para la fiesta que nos espera. Del súper recuento no bajamos este año.

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