Hace unos días me encontré con una noticia en la que el nuevo concejal de Deportes, Víctor Valverde, se hacía eco de una plataforma deportiva local que había presentado más de 8.000 firmas pidiendo ser atendidas las carencias deportivas de Orihuela. Creo yo que era como un refrito de la misma gestión presentada por su compañero y antecesor Dámaso Aparicio (ahora caído y silenciado en desgracia por mor del más elemental ejercicio democrático como es el de competir y ganar en buena lid la presidencia del partido contra el criterio del sanedrín local y de sus diferencias con los de arriba) y en el que ha resultado que vuelven a darle otra vuelta a lo de un proyecto que desde la época de Miguel Ángel Robles no ha habido otro. Sin más ideas que lo exigido por la citada plataforma y por las necesidades y/o carencias que existen a tono con la evidente dejadez de un equipo de gobierno local que lo más cerca está del deporte es cuando alguna tarde el Orihuela CF juega en Los Arcos y algún concejal asiste a las meriendas con que el club obsequia a sus invitados: «¡A ver, una empanada!, ¡Trae un bocata y una cerveza!, ¡ ¡Que rico está todo?!» Pero eso sí, con los oídos taponados a las eternas reivindicaciones de un club que les dice: ¡Señor. concejal, nuestros vestuarios están cochambrosos desde tiempos inmemoriales, las instalaciones en general están de pena, a las luminarias del campo les faltan muchos focos desde hace tiempo etc. etc.etc. Y nos sentimos avergonzamos cuando visitamos otros campos o polideportivos de ciudades de menos de la mitad de habitantes que Orihuela que presumen de instalaciones de muy superior categoría a la del pueblo que representan. Ahora que nuestro equipo está en posición de poder ascender de categoría estaría bien que algo de esos millones de euros que se van recoger de la costa los invirtieran en adecentar la imagen de nuestro primer equipo, en vez de hacerles pasar tanta penuria y vergüenza a sus directivos y ciudadanos.

En el campo de Los Arcos lo que sí tiene futuro es el juego y los resultados de nuestro equipo, al que su junta directiva cuida y protege, exprimiendo sus bolsillos por el nombre y el deporte de todos. Creo yo que estaría bien hacer una pequeña inversión por el señero campo, al menos para que no tuvieran los aficionados y nuestro primer equipo que pasar vergüenzas. Que el esfuerzo que hagan no sea solo el de abrir la boca para merendar y para hacer promesas que luego no cumplen. Sería de agradecer por los ciudadanos. Ellos, al fin y al cabo, son nuestras autoridades y solo cumplirían con su obligación.