Llega el maestro de la gaita, toca y descorcha la primera botella de sidra que se beben los calurosos espectadores. Después abrió algunas más con su repertorio dedicado a la música celta. No solo eso. Da vida al rico patrimonio de la música medieval. El gallego Carlos Núñez sorprende durante algo más de dos horas, hasta convertir el concierto en una global fiesta. Nos lanza notas de las músicas tradicionales, se abre a otros géneros y da toda una lección sobre cómo abrirse al vecino. Núñez, su gente y los colaboradores ocasionales mezclan, suman, y a ellos se les une el hipnotizado público en un burbujeante festín que alcanza los mayores grados febriles en la casi interminable recta final. El mago vigués, investigador, gaitero y flautista, entra por la puerta grande y sale por ahí con su intenso poder de comunicación musical y verbal. Ha vuelto a demostrarlo en Alicante, en su gira navideña, con pasión, rompiendo límites. «El Jimmy Hendrix de la gaita» destapa el baúl y los tesoros musicales. Divulga, contagia e invita a introducirnos por el túnel del tiempo para paladear sabores. Podemos escuchar un fandango navarro, con acordeón, y los estilos gaélicos bajo la influencia de irlandeses y escoceses. El ritmo latino y brasileño se deja empapar por el influjo celta, e incluso es posible que Carlos Núñez toque el Bolero de Ravel en compañía de la percusión, con la creciente intensidad que corresponde. Al igual que ha compartido escenario con estrellas, aquí lo comparte con gaiteros de Valencia y dulzainas y tabales de Muro. Extrae de la chistera a una violinista estadounidense, a un gaitero de Flandes o un carnyx, especie de trompeta vertical de la Edad del Hierro céltica que se utilizaba en las batallas y ceremonias. Las raíces folclóricas celtas, de carácter romántico, reivindicativo o alegre, tienen especial fuerza en Bretaña, y Carlos Núñez las cuida con su popular, efectista y comercial temple. Las cuerdas medievales interpretan cantigas, composiciones en verso musicalizadas con temas de amistad, amor o escarnio, y la gente, hermanada, canta Rianxeira. Acoge el coro épico de «Theme for the green lands», danzando apoteósicamente por todo el Principal.
