Hace unos días el Juez del Tribunal Supremo que está instruyendo la causa contra el ex Gobierno de Cataluña y los presidentes de las asociaciones sociales, los conocidos como los jordi, acordó dejar sin efecto la orden de detención europea contra los fugados a Bruselas. Al principio me cogió por sorpresa hasta el punto de creer que los periodista se habían equivocado y que en vez de retirar dicha orden, la había reiterado. Busqué en Internet y encontré lo que todo el mundo sabe ya, esto es que la orden había sido dejada sin efecto. La consecuencia es inmediata. Los fugados pasan a situación de meros visitadores de dicha ciudad y no tienen limitadas sus facultades de moverse por Bélgica o dónde ellos quieran, excepto en España en dónde sigue en vigor la orden de detención en el mismo momento en que aparezcan por territorio nacional, esto es en Cataluña también por supuesto.

Poco a poco comprendí las razones por las que el juez había dejado sin efecto la orden. En efecto, escuché en una ocasión en la tele que sólo se les iba a extraditar por posible malversación ya que, al parecer, en el Código Penal de Bélgica no existe el delito de sedición, hecho éste que me sorprende, tampoco el de rebelión, hecho que también me deja con la boca abierta a la vista de la situación tan compleja que viven los habitante de Bélgica y que no veían el delito de prevaricación que está más claro que el agua ya que como el lector sabe la prevaricación consiste en el hecho de que una autoridad o funcionario público, a sabiendas de su injusticia, dictare una resolución arbitraria en un asunto administrativo. La pena que le corresponde a este delito es de inhabilitación especial para empleo o cargo público y para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo por tiempo de nueve a quince años. Obviamente todo lo que nace después de que el Parlament, saltándose la Constitución, el Estatuto de Cataluña y el Reglamento, aprobaran la ley de Transitoriedad que les condujo a la declaración de independencia, constituye un delito de prevaricación pues todas ellas son ilegales, con lo cual, para mí desde luego, la prevaricación es patente.

Sin embargo el Juez del Tribunal Supremo se encontraba con que, cumplida la orden de detención europea, los fugados, que tuvieron una participación activa en, al menos , la sedición, iban a ser juzgados solamente por la malversación y, en su caso la prevaricación pues sólo se pueden juzgar a los detenidos y devueltos por un proceso de extradición por los delitos que acepte la autoridad que los retorna a territorio nacional a disposición del reclamante. Esto era una injusticia pues, al menos, el señor Puigdemont que era el que había declarado la DUI, iba a ser acusado de menos delitos que sus otros compañeros en tal fechoría.

Por todo ello me alegro de que se retirase dicha orden, me parece una decisión muy inteligente y no, como dice Puigdemont, una acción de cobardía. Mas le vale que no hable tanto y que deje de insultarnos a todos los españoles. Él ha sido un cobarde y no hay nada peor que huir y dejar solos a todos tus compañeros.