Las fiestas navideñas comienzan cuando lo deciden las grandes superficies. Los esfuerzos de siglos por introducir algo de paganismo en los estrictos ritos dominantes cristianos no fructificaron hasta que nos metieron, desde la lejana América, los conceptos de Halloween, Black Friday y demás cabras. Estas fechas eclosionan con Cortylandia y una cantidad anticipada de castañeras, chocolate con churros y demás deliciosas tentaciones.

Pero un periodo navideño que empieza en un preadviento y se completa con el adviento y el postadviento hasta Reyes, cabalgatas, más compras y sus subsiguientes plazos para pagar que terminan llevando las fiestas hasta, casi, el siguiente Halloween.

Alicante tiene la maravillosa oportunidad, año tras año, de convertirse en la capital de la Navidad. Para empezar los productos gastronómicos tan alicantinos como el turrón, las uvas de la suerte, los vinos de Alicante, los langostinos de Guardamar o la gamba roja de Dénia, podrían ser el eje de esa gran muestra navideña que tuviera como marco los mercados municipales, un auténtico espectáculo diario que no sabemos explotar.

Esta muestra, bien comunicada, tendría la posibilidad de ser un punto de atracción para poder elegir la ciudad como destino estrella de Navidad. Sin mucho frío y buena oferta gastronómica y cultural. Completándose con la feria en los jardines de la Diputación, que reúne animación, artesanía y alimentación durante 22 días, y con iniciativas municipales varias, se puede comunicar una oferta coherente y atractiva. Solo falta darse cuenta y coordinar administraciones y esfuerzos ¿Será posible? Parece sencillo, pero es complicado en la práctica. Lo que pasa, en el fondo, es que la Navidad funciona sola, sabemos que es así, pero es misión de los responsable públicos saber ver con inteligencia las oportunidades que ofrece el calendario y la tradición y fomentar la riqueza y promoción de aquello que administran.

Tal y como ha hecho la subdelegación del Gobierno que, en Alicante y con escasos recursos, está llevando a cabo una campaña de concienciación contra la violencia de género que tanto dolor e injusticia genera en nuestra sociedad. Parece bien visto que aquella institución de la que dependen las fuerzas de seguridad sea también la que prevenga esta lacra de nuestros días.

Por otra parte, incidiendo en lo que se puede hacer, la tradición de San Nicolás en Alicante hizo que en Holanda a los niños se les diga que san Nicolás viaja desde Alicante a los Países Bajos para llevar sus regalos en nochebuena a todos los que se hayan portado bien. ¿No merece esto una promoción en Holanda para visitar el hogar de Papá Noel del sur?

Espero que sean unas fiestas fantásticas para todos y que sean tranquilas, ociosas y vuelvan las tierras septentrionales mediterráneas a un sosiego que hace falta a todo el país y sobre todo a ellos mismos. En positivo.