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Arte Crítica

Las difíciles relaciones Alicante-Valencia

Hace unos días, el Consell Valencià de Cultura realizó su sesión ordinaria en el MACA, invitado con motivo de la celebración de la donación de la Colección Arte Siglo XX que Eusebio Sempere realizó en 1977l Consell de Cultura es una institución consultiva y asesora de las instituciones públicas de la Generalitat Valenciana en aquellas materias que afectan a la cultura. Un órgano sin poder de decisión, pero con cinco comisiones de trabajo que realizan estudios, elaboran informes y dictámenes que dan respuesta a las preguntas planteadas y proponen su solución al presidente de la Generalitat. En el orden del día los asuntos a tratar estaban muy definidos, a partir de la lectura de los informes de las comisiones de trabajo, ninguno trataba los problemas que acucian a las instituciones culturales de Alicante. El acto se cierra con la intervención del ex concejal de cultura, Daniel Simón, que solicita al Consell su colaboración y ayuda para los diversos proyectos culturales de la ciudad. Esto es lo que consta en la página web del Consell. Pero es muy significativo lo que recogió la prensa de esta última intervención que incide sobre la situación del MACA, y la petición de apoyo al Consell para que el museo reciba ayuda económica de la Generalitat. El ex concejal reconoció que el museo no tiene estatutos, por lo que «no podemos nombrar director». Habría que preguntarse cómo y por qué, después de cuarenta años de estar esta excelente colección de arte en Alicante, por qué, después de realizar todo un ambicioso y premiado proyecto arquitectónico para la ampliación del inicial edificio de la Asegurada, este «museo» no tiene estatutos para ser tal museo, y no tiene un proyecto museístico, con una directora, director, con un presupuesto suficiente que le dé la independencia para funcionar como un verdadero museo. Pero la estupefacción es máxima cuando el secretario del Consell, Jesús Huguet, confirma que «sería necesario que lo manden por escrito (?), porque la administración no mueve nada si no hay un papel que lo apoye». ¿Sorpresa?, no, vergüenza por que se tengan que ver en la tesitura de mandarnos a hacer los deberes que parece que no hemos hecho. A este Consell no le consta que el Ayuntamiento de Alicante, su Concejalía de Cultura, haya mandado o elaborado nunca un escrito para la petición del apoyo económico suficiente que le capacite a normalizar la situación de este museo. ¿Cómo pretendemos que se nos respete? ¿Cómo queremos que en Valencia, en la Generalitat se hagan cargo si ni siquiera tienen un informe o proyecto? La Generalitat tiene la obligación de aportar un dinero en proporción a nuestros impuestos, a la población de Alicante, es evidente que no lo hace, pero es que se lo ponemos muy fácil.

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