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Juan José Millas

Tierra de nadie

Juan José Millás

Le da igual

La reputación que tiene uno en Internet no es como la que tiene en Logroño, por poner un ejemplo. De Logroño te puedes ir; de Internet, no. Basta que hayas estado una vez en la Red para que te pudras ahí toda la vida, incluso toda la muerte. Hay cadáveres que dan vueltas por el universo virtual como la chatarra espacial da vueltas alrededor de la Tierra. Si en Internet pone que has estado en la cárcel, has estado en la cárcel para siempre, aunque luego te rehabilites y te conviertas en la mejor persona del mundo. Si un día apareciste metiéndote el dedo en la nariz, ese dedo permanecerá para siempre dentro de la fosa. Creo que hay iniciativas para que nos borren si no nos gusta cómo nos han dibujado, pero me parece que tienen poco éxito.

Solo hay un modo de combatir la mala reputación en la Red: con dinero. Es lo que los asesores de Ana Botella le aconsejaron utilizar para anular su mala imagen en la realidad paralela. Sesenta mil euros del ala. No todo el mundo dispone de esa pasta, pero si tienes un cargo público siempre puedes meter la mano en la caja.

Acabo de enterarme, en fin, de que con mis impuestos se llevó a cabo en Internet una campaña para mejorar la imagen de la exalcaldesa de Madrid, aunque ni con esas lo lograron. Hay malas reputaciones que se resisten a mejorar como hay manchas de grasa que no salen ni con lejía. He pedido a un auditor amigo que me informe sobre el destino de mis impuestos y me ha enviado una relación de casos de corrupción por cuyos intersticios se producen más fugas de euros que agua por una cisterna estropeada. Con lo que me han robado los de la Gürtel, los de la Púnica y otros que no caben, podría haber cambiado de coche, que falta me hace.

Ahora mismo escribes en Google «Ana Botella» y no sale una sola noticia buena sobre ella. Tampoco un comentario amable. No creo que haya dinero en el mundo para lavar, por ejemplo, una acción tan fea como la de vender por cuatro duros miles de viviendas de protección oficial a un fondo buitre que inmediatamente duplicó el precio de los alquileres. Sin embargo, en el mundo analógico le va bastante bien. De hecho, aún no ha sido imputada por las tropelías perpetradas durante su mandato. Quiere decirse que lo de la Red le da lo mismo. Cuando quiere sentirse reconocida, se va a Logroño (por ejemplo).

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