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Teatro crítica

Igualdad efectiva

El I Cicle Juno a la Tardor de Dones Creadores se viene realizando en doce ciudades alicantinas con la intención de potenciar la igualdad

Una habitación propiaTEATRE ARNICHES DE ALICANTE

????De Virginia Woolf. Dramaturgia y dirección: María Ruiz. Actriz: Clara Sanchis.

El I Cicle Juno a la Tardor de Dones Creadores se viene realizando en doce ciudades alicantinas con la intención de potenciar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres en el ámbito de la creación y producción artísticas. Así, el Arniches de Alicante acogió el viernes esta versión para la escena con el mismo título del libro Una habitación propia, de la británica Virginia Woolf, una de las escritoras más notables del modernismo literario y del feminismo del XX. Este ensayo se publicó en octubre de 1929. Invoca el lesbianismo y se apoya en unas charlas que la autora dio un año antes sobre la mujer y la literatura. ¿Qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? La respuesta de Woolf fue clara. Independencia económica y personal. «Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción», dijo en el marco de la sociedad patriarcal y de una tradición literaria dominada por hombres. A pesar de los avances conseguidos, siguen existiendo algunas dificultades de la condición femenina. Más aún en ciertos países del mundo. El asunto se inicia con Virginia Woolf dirigiéndose al público y exponiendo sus reflexiones en una falsa conferencia. La dramaturgia de María Ruiz, directora de la obra, recurre al discurso y a las descripciones, y Clara Sanchis asume el papel con su elaborada técnica y un gran parecido físico con su madre Magüi Mira. Controla los matices, las pausas y la modulación vocal. Evoca a las grandes damas del teatro, pone teatralidad a las palabras, dentro de lo que la retórica y la dirección permiten, e intenta envolver y seducir, con éxito, al espectador. Toca un teclado eléctrico y subraya tensiones, como signo contemporáneo, a partir de Bach. La ironía del personaje incide en la importancia de la educación y la cultura, o en la precaria y sumisa posición del género femenino. Recuerda la histórica y humillante idea de que la mujer es inferior por naturaleza. Que el hombre es el dueño y señor y que ellas han de ser educadas solo para el matrimonio y la maternidad. Una mujer, un ser humano al igual que el varón, habría sido cercenada con las habilidades de un tal Shakespeare. Lastres de ayer y algunos de hoy todavía.

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