«No es posible que la razón llegue a ser popular». J. W. Goethe (1749-1832).

Todo el mundo tranquilo. Ya tenemos presupuesto municipal para el próximo año y, como suele suceder de forma irrefutable mandato tras mandato y mande quien mande, será el ejercicio del pepinazo, el de echar el resto ante la inminencia de la cita electoral del 2019. Se nota: hay un 35% más en inversiones o un 28%, según se incluya o no a Pimesa y Aigües d'Elx. Por supuesto, son las cuentas más solidarias, sociales, equilibradas y chiripitufláuticas en décadas, faltaría plus. Hay dinero para casi todo: rescate de personas ?y hasta algún que otro gato encaramado temerariamente a un árbol?, movilidad sostenible, pedanías expansivas, espacios de fraternal disfrute colectivo, instalaciones deportivas inclusivas, presupuesto festivo-participativo... Todo eso ha sido posible porque hay más alegría recaudatoria, se pagarán menos intereses bancarios y la otrora abultada deuda municipal se ha reducido considerablemente, gracias todo ello a la estupenda gestión del ejecutivo plural y de progreso ?con una pequeña ayuda del ministro Montoro y su techo de gasto, todo hay que decirlo?. Así que el pleno municipal proclamó con toda solemnidad el particular «black friday» ?o mejor, «cyber monday»? de ofertas y chollos para los/as ilicitanos/as pergeñada por el gobierno trino y uno. Y todo sin subir impuestos ni tasas ni nada, oiga, que me lo quitan de las manos. El ciudadano Caballero se sumó con entusiasmo a la campaña publicitaria, pero reclamando para él y los suyos el mérito de haber colocado 135 promociones especiales, como el gran timonel que es de los turulatos gestores locales, entre los carraspeos de las portavoces ?¿portavozas?? gubernamentales, Patricia Macià y Mireia Mollà. Por su parte, el PP e Ilicitanos, que no compraron la moto presupuestaria ni con descuento adicional, denunciaron, por boca de Vicente Granero y Fernando Durá, que aquello más que un viernes negro era un lunes marrón, porque no había lo más importante, una bajada del IBI y encima va a subir la recaudación de multas de tráfico. O sea, que de rebaja, nada: el tripartito había inflado antes los precios para aparentar grandes descuentos que, en realidad, no lo son, como volver a incluir la peatonalización de la Corredora y la replaceta de les Barques, o la mejora de la ladera del río ?¡pillines!?. Otra muestra del engaño contable, anotaron, es que vuelven a aparecer entre las fuentes de financiación cuatro millones por la venta de solares municipales. Todo un clásico, que viene muy bien para disfrazar las cuentas pero que la inexorable realidad demuestra año tras año que se queda muy, muy lejos de las previsiones, cuando no directamente en cero euros patateros. O sea, un fraude monumental denunciable ante la OMIC.

Hay quien da por hecho que estas son unas cuentas para dos años, puesto que, aseveran, se prorrogarán en 2019 ante la imposibilidad del tripartito de sacar adelante otras nuevas en solitario, como ya le pasó al gobierno popular de Mercedes Alonso tras perder la mayoría en 2014. Va a ser muy difícil que dentro de un año, a las puertas de unas elecciones municipales, la formación naranja se muestre tan colaboradora en el apoyo presupuestario como estos dos últimos ejercicios. En cualquier caso, superado este escollo de los gordos, la entente gobernante podría haber asegurado ya una recta final de legislatura sin grandes sobresaltos. Salvo, claro está, que el emponzoñado asunto del Mercado Central acabe tensando las relaciones PSOE-Compromís hasta los límites de la torsión alabeada pura. Los responsables de ambas formaciones insisten en que su amor, aunque interesado, es a prueba de catas, pero los efluvios electorales producen reacciones insospechadas en el sistema nervioso parasimpático de los inmersos en el mismo, por lo que cabe esperar de todo. Atentos.

Bien, pero volvamos al quid del asunto presupuestario. Si uno no tiene nada mejor que hacer y se zambulle en las interioridades del capítulo relativo a las inversiones «reales» ?hay otras «irreales», en las que las cifras engañan aún más? para 2018 puede sacar varias conclusiones, e incluso alguna más. Una de ellas es que parecen haberse distribuido no tanto por proyectos de interés estratégico general para el municipio sino por cuotas por áreas de competencia entre las tres formaciones gobernantes. Otra es que vamos a tener el pueblo patas arriba con muchas pequeñas ?y molestas? obras, otro gran clásico del año preelectoral, que recupera brío tras los mortecinos ejercicios anteriores. Y los más avispados incluso se preguntarán por qué hay tantas actuaciones en el apartado de inversiones que más bien deberían ser propias del capítulo de gastos ordinarios de cualquier ayuntamiento. Ejemplos: mejoras de parques, jardines, arbolado, aceras y otros espacios públicos; adquisición de contenedores de residuos, mejora de infraestructura wifi en playas, renovación de alumbrado público; equipamientos, modernización informática e instalación de aire acondicionado en dependencias municipales; mejora y ampliación del carril-bici, mejoras en centros escolares y hasta el pago de honorarios técnicos por trabajos de revisión del Plan General o acometidas de saneamiento portátil para fiestas? Los incrédulos y demás interesados tienen la relación completa en el portal municipal de transparencia.

Claro que también hay inversiones de enjundia, de las que definen un mandato municipal y al gobierno que las ejecuta. Además de la peatonalización de la Plaça de Baix y Corredora ?que lleva camino de ser el único gran hito urbano que legará a la posteridad el tripartito? , hay otros grandes proyectos, como una nueva zona deportiva para Los Palmerales o el encargo del inicio del esbozo del anteproyecto del campus tecnológico? Y otras más, como por ejemplo? esto? a ver por aquí? Bueno, hay más, seguro; busque usted mismo que alguna más encuentra, seguro. Busque, busque...