Siendo como es nuestra Constitución del 78 ?la más longeva? y mirando hacia aquella de 1812, después de 10 constituciones, a mi entender ?nada erudito en la materia? ha sido a lo largo de los años el exponente más claro de planificación de futuro de temas que nos afectan a todos los españoles, recogiendo las pautas y los principios que rigen nuestra convivencia, en libertad y respeto mutuo.

Próximos a su celebración, creo que sabemos muy poco de su contenido y ahora que hemos aprendido por activa y por pasiva el 155, considero que nos toca aprender el 149.

El artículo 149 del texto constitucional, habla de las competencias exclusivas del Estado y de todas aquellas que son ni más ni menos que 32, debemos de destacar ahora las 22 (hace poco con el tema del procés destacaríamos la 32 ( Autorización para la convocatoria de consultas populares por vía de referéndum), que dice así:

«La legislación, ordenación y concesión de recursos y aprovechamientos hidráulicos, cuando las aguas discurran por más de una Comunidad Autónoma y la autorización de las instalaciones eléctricas cuando su aprovechamiento afecte a otra Comunidad o el transporte de energía salga de su ámbito territorial».

Sin entrar en otras valoraciones, debemos de entender el mensaje que no es otro que solidaridad (compromiso entre humanos), así según comunidades autónomas, nos seguimos mirando el ombligo y si tengo agua es mía.

Estamos sufriendo una de las sequías más importantes de los últimos tiempos y teniendo como hemos tenido casi cuarenta años para poner en marcha un Plan Hidrológico Nacional, hemos dejado pasar el tiempo en discusiones bizantinas. Quizá en nuestro Alicante hubiese sido más rápido sacar la Santa Faz en rogatoria por campos y aldeas.

¡Qué lástima! si el esfuerzo que hemos empleado en el tema del 155 hubiésemos dedicado un poquito, en consenso, en desarrollar el 149.22º, ya casi tendríamos terminada una política de aguas para todos. Esa solidaridad necesaria, que supone no solo ser de nuestro pueblo, desterrando de una vez por todas ese antipatriotismo tan español, sino compartir en libertad lo nuestro con un objetivo común. ¡Qué lástima!

Las normas están para obedecerlas y aplicarlas y si a nuestra Constitución aún le queda desarrollo ?sin perjuicio de futuras reformas? debemos en definitiva poner el énfasis en aquello que nos une y el 149.22º, nos debe de unir nunca separar, y mientras nuestros políticos no hagan su labor, nosotros seguiremos mirando al cielo por si llueve.