Qué alegría experimento al volver a escribir tras un año sabático sin comunicarme con ustedes amables lectores!. Me faltaba recuperar mi pequeño espacio de expresión y de opinión, en el que siempre procuré con mi crítica constructiva aportar un modesto elemento de opinión diferente a lo que representaban las noticias en sí. Tal vez mi forma de exponer mis opiniones no está siempre de acuerdo y esto, como es lógico, no coincide con lo que se espera de ellas. Una adulación, un adorno o un silencio misterioso para que no se supiese un lacerante hecho que perjudicaría a los que no les interesa mucho la verdad.

Hubo un momento en que decidí tomarme este año sabático y dejar un tiempo en blanco. Ahora he decidido volver y si INFORMACIÓN me lo permite, lo haré, extremando y afinando mis opiniones para evitar que mis amigos o quienes no lo sean y me lean, se aburran con mis columnas y se nieguen a recibirme en su casa, aunque esa sea también la mía.

Por el momento dejo mi reentré aquí y paso a exponerles lo siguiente:

Hace unos días, nos visitó el señor presidente de la Generalidad para despejar el antiguo asunto de los viejos juzgados y firmar lo del alquiler de los nuevos. Todo ello con mucha pompa y escenificación pero sin aclararnos ni decirnos a los ciudadanos: ¿Por qué se pagaron hace una burrada de años un montón de millones para hacer estos juzgados, en base a qué efectos jurídicos y legales se pagaron y quién fue el listo que los pagó? ¿Es que no tenemos derecho los ciudadanos a saberlo?

Por otra parte, también habrá que decir que aunque el acto transcurrió con muy poco boato: todos de pie, con sonrisas socarronas de parte de los visitantes y un espectro reivindicativo de las autoridades locales, estas, sin tardar nada, dijeron que «ya que tenemos aquí a nuestro presidente, le pedimos: Orihuela necesita urgentemente la nueva carretera de la costa, le ruego se interese por el proyecto y tal y tal?». Más o menos el presidente contestó que eso correspondía a otros departamentos y que ahora estamos pendientes de la nueva fórmula de financiación autonómica, que está atascada y nadie sabe si se desatascará alguna vez y, por cierto, que con las deudas mil millonarias que dejaron los gobiernos regionales anteriores dudo mucho que sea posible hacer algo en ningún pueblo de nuestra comunidad, salvo pagar a sus funcionarios si les llega.

He de decir que no escuché nada de agradecimiento por el nuevo Centro de Salud del Rabaloche, a punto de terminarse, ni por lo que estaban firmando ni por? etc.etc.etc. siendo así que todo esto eran viejas reivindicaciones pendientes por las que Orihuela lleva tantos años llorando de necesidad. ¡Ah, por cierto!, no escuché ni un solo reproche por los muchísimos años en barracones sanitarios ni por las mentiras de quienes gobernaban en Valencia y en Orihuela en cada época electoral y destacaré el saber estar de la oposición y me alegro que el equipo de gobierno tenga que celebrar por narices los éxitos de un gobierno valenciano en minoría que ha conseguido para nuestra ciudad sin mover un dedo que nuestras autoridades locales gocen en primera fila de estos éxitos conseguidos por el buen gobierno del Consell que con toda justicia necesitaba y merecía Orihuela y que con toda paciencia hemos sufrido sus ciudadanos.

Al final el Gobierno Valenciano que es el que debía y podía ha escuchado a los oriolanos y ha iniciado sus actividades por la vía de la justicia: ¡Enhorabuena a todos!