Y como colofón nos quedamos sin la Agencia Europea del Medicamento, la AME. Se va a Amsterdam que, digo yo, es tan importante como Barcelona para la Eurozona. Las reacciones no se han hecho esperar: los unos le echan la culpa al procés y los otros al artículo 155. Creo, sinceramente, que lo de que Barcelona era la preferida por el gobierno europeo para instalar la susodicha agencia no está nada claro. Dicen que era el lugar escogido, que tenía ya el edificio y todo, pero la verdad es que solo dicen y dicen pero no tenemos ningún hecho o evidencia alguna que así nos lo permita afirmar. Es evidente que desde el punto de visto geográfico, Amsterdam es un núcleo muy cercano al centro neurálgico de Europa. Es cierto que tienen un clima infernal por lo del frío y la humedad, pero están en el cogollito del poder y eso, visto lo que estamos acostumbrados a observar en nuestro entorno, es muy, muy importante. Sinceramente creo que Barcelona era la mejor opción. ¿Que pasó entonces? Pues debemos hacer un estudio de las circunstancias que concurren para poder intuir qué pasó. Es evidente que la situación que Cataluña está viviendo, y espero poder decir vivió, ha influido negativamente en la toma de decisión. Una Cataluña en la calle, unos en contra de la independencia y otros a favor, no es la mejor imagen para hacer apuestas millonarias. Tenemos que tener en cuenta que en caso de que Cataluña se independizase quedaría fuera de la Unión, y eso no lo digo yo, sino que lo dice el Tratado de la UE y todas las voces autorizadas, las más autorizadas. En la entrega de los premios Princesa de Asturias a la Concordia que recayó en la UE, vinieron a recoger dicho premio los responsables más representativos de la UE, los mandamases de la Unión: el presidente del Parlamento, el de la Comisión y el del Consejo y dijeron, entre otras cosas, que teníamos que «caminar juntos», precisamente cuando en Cataluña se estaban viviendo días de tensión desmedida que, al menos a mí, me tenían con el corazón en un puño. Tenía miedo de lo que podía pasar pero también tenía pena de ver la situación tan catastrófica que se estaba organizando allí. ¿Cómo nos puede sorprender que Barcelona quede eliminada en la primera ronda? Es evidente que la Unión Europea no lo tiene claro y por eso decide invertir en otro sitio, esto es Amsterdam. Creo que esto mismo nos pasa a muchos de nosotros que nos pasamos el día haciendo cuentas de los posibles resultados del 21D.La agencia se fue y aquí nos quedamos todos con un palmo de narices. La culpa, como decía mi madre, la tuvo el tren, pero lo pagamos todos los españoles, especialmente los catalanes que no sólo se quedan sin la agencia sino que además siguen quedándose sin muchas empresas que no se fían y se van. Sin embargo, hay una cantidad de gente indeterminada, dicen que dos millones, que están a favor de la independencia. No sé si esto responde a un lavado de coco impresionante e imperdonable pero lo que tengo muy claro es que la arcadia feliz no existe por mucho que todos ellos se lo crean.