El proceso de catálisis es aquel mediante el cual se aumenta la velocidad de una reacción química por medio de una sustancia llamada catalizador, existiendo otras sustancias denominadas inhibidores con la capacidad de desactivar la reacción de catálisis que se produce. Pues bien, desde que se formó el fracasado gobierno municipal del tripartito en Alicante, sin saberlo, se ha estado produciendo un efecto catalítico entre los tres partidos que firmaron el acuerdo, hasta el punto que la interacción entre ellos tiene también, en buena medida, responsabilidad sobre lo que ha sucedido en su perímetro y del desastre en que ha concluido su mandato, sin olvidar, por supuesto, los procesos judiciales abiertos al alcalde, Gabriel Echávarri, por casos que en ningún caso debían haberse producido.

Así, Miguel Ángel Pavón y Guanyar Alacant actuaron desde el principio como aceleradores de las reacciones temperamentales del alcalde mediante su política dogmática de oposición, bloqueo, cuestionamiento y deslealtad sistemática, mientras que por el contrario Natxo Bellido y Compromís intervinieron como inhibidores al retardar, amortiguar o disminuir las reacciones de tensión que continuamente se vivían. De la misma forma que hay unanimidad en señalar la generación continua de disputas, polémicas y enfrentamientos por parte de Pavón y su amalgama política (que cuando interesa se presenta como Guanyar y cuando quiere lo hace como Esquerra Unida), existe coincidencia en destacar que la mayor crítica que se puede hacer a Bellido y Compromís sería haber estado de perfil en algunos asuntos sustantivos. Sin embargo, Compromís nunca ha protagonizado peleas, insultos o descalificaciones públicas como sí han promovido los concejales de Guanyar así como el alcalde y el PSOE, de manera que hay un sentimiento generalizado de que el mínimo común denominador necesario para que tres fuerzas políticas pudieran dirigir un gobierno conjunto en la ciudad, nunca existió. De hecho, los odios y desconfianzas que históricamente se tienen las fuerzas de izquierda en esta ciudad, lejos de aplacarse, han aumentado, particularmente entre EU y el PSOE. Bien podrían aprender de la lección de respeto, convivencia y trabajo conjunto que en la Generalitat están llevando a cabo Ximo Puig y Mónica Oltra, junto a sus dos partidos políticos, o incluso del gobierno relativamente tranquilo que está dirigiendo Joan Ribó junto al resto de fuerzas políticas que gobiernan el Ayuntamiento de València.

Por ello hay que destacar que, en estos momentos, el abandono de Compromís del gobierno municipal de Alicante es una pérdida tan lamentable como valiosa para la ciudad. Bellido como portavoz, las dos concejalas y sus asesores han sabido actuar con sensatez y templanza en medio del que ha sido el mandato más tortuoso de la historia democrática de Alicante, sin que nunca hayan reaccionado con un solo insulto o descalificación, incluso cuando se les ha criticado. Muy al contrario, Compromís ha actuado siempre con una amabilidad que se agradecía en momentos de tanta tensión como los vividos, trabajando sin sectarismos ni exclusiones, como bien ha demostrado Bellido en los trabajos ampliamente participativos que ha desarrollado en torno al Plan Ciudad, justo lo contrario de lo que ha hecho Pavón con el Catálogo de Protecciones y el PGOU. Compromís es, además, una fuerza que reúne sensibilidades heterogéneas en torno a temas emergentes que aportan un punto de modernidad a una ciudad y a un gobierno municipal tan necesitados de ello.

Por el contrario, el desgraciado mandato de Guanyar en estos dos años y medio en la ciudad ha tenido un resultado tan destructivo como tóxico, a través de ese fanatismo dogmático que realizan, en permanente ajuste de cuentas contra todo y contra todos los que no son los suyos. Guanyar, más que una menguada confluencia, se ha convertido en una formación que destila amargura y a la que no importa su política de tierra quemada en la ciudad a base de sus sistemáticas negativas, oposiciones, cierres y manifestaciones a todo lo que han podido: desde el comercio a los graneles, desde Ikea a las terrazas, desde el Arca de Noé al Belén navideño en los soportales del Ayuntamiento, la Semana Santa, las Hogueras, el Acuario, la Volvo... Sabemos perfectamente todo lo que no quieren y a lo que se oponen, mientras que desconocemos lo que pretenden para el futuro de la ciudad y de sus gentes, hasta el punto que si hubieran dedicado tantas energías a construir y aportar, en lugar de rechazar y destruir, la ciudad habría avanzado. Pero a día de hoy, han fracasado en la redacción del nuevo PGOU, las calles están repletas de mendigos durmiendo al raso, la suciedad se extiende y los desahucios de familias se siguen produciendo ante su pasividad. Guanyar y EU actúan como aquellos curas fundamentalistas que oficiaban misa mirando a Jesucristo y de espaldas a sus parroquianos, pues ellos actúan de espaldas a unos votantes a los que invocan pero a quienes con frecuencia ignoran, como han demostrado con el primer escrito que presentan tras pasar a la oposición reclamando los máximos sueldos, algo nunca visto.

No pedimos tanto, solo gente sensata, educada y respetuosa, que ame la ciudad y comprenda su complejidad, entendiendo que una capital de 330.000 personas no se puede gobernar a base de insultos y dogmas egocéntricos.