La noticia de la pasada semana sobre la detención y posterior ingreso en prisión de dos agentes de la Policía Local de Torrevieja por supuestos delitos de cohecho y pertenencia a organización criminal ha sido un revés a esta institución que tardará mucho en cicatrizar.

Nuestros afiliados y la plantilla, en general, nos piden que alcemos la voz ante estos hechos tan graves. Los tenemos mal acostumbrados. Este sindicato lleva años solicitando que se persigan las presuntas corruptelas y tratos de favor en el seno de la Policía Local, incluso por la vía judicial, ya que las autoridades locales no parecían muy interesadas en atender nuestras denuncias, sino más bien en denunciarnos a nosotros. Resulta que sí había garbanzos negros, pero eran otros.

Pero ahora no se trata de adjudicarnos la razón, ni de pasar factura, sino de erradicar estas situaciones e impulsar un cambio desde dentro y en positivo. Cuando no se respetan las leyes que rigen la Función Pública y se crean unidades «a la carta» sin negociación colectiva de ningún tipo y se otorgan puestos «a dedo», olvidando por completo los principios de antigüedad, mérito y capacidad, se están sentando las bases para que puedan enraizar comportamientos irregulares.

Si además añadimos la ineptitud «in vigilando» de los responsables policiales, que siguen mirando para otro lado ante conductas impropias y actuaciones dudosas que desprestigian la imagen del colectivo, si no amparándolas y tapándolas, permitiendo el «amiguismo» y que se funcione de forma autónoma y sin la debida supervisión. ¿Ahora de qué vale el «?se veía venir»? El daño ya está hecho.

Hay que dejarse de medallitas, de proyectos pioneros abocados al fracaso, de retórica sin contenido y de papelitos, que se multiplican a sí mismos, con la única finalidad de perpetuarse en la sensación de movimiento mientras todo sigue igual, y centrarse en potenciar la estructura ética de la policía.

Porque la inmensa mayoría de este cuerpo de policías está formado por personas honradas, que trabajan desde el respeto más escrupuloso al ordenamiento jurídico, dispuestos a auxiliar al ciudadano en cualquier instante. Y es ahora cuando no sólo tenemos que sentir «tristeza y decepción» por lo que ha pasado sino que debemos reforzar y apoyar más que nunca, a los policías que dan la talla en la calle y se comportan con profesionalidad en todo momento.

Porque esos policías, que raramente visitan los despachos, ni persiguen beneficio propio alguno, son la mayoría de nosotros y deben seguir dando ejemplo desde la humildad y la sencillez. No salen en las fotos ni en las estadísticas, ni venden su trabajo por encima de la realidad. A estos policías quiere dar su apoyo público este sindicato, a sabiendas de que son la base de nuestra institución. A los verdaderos POLÍCIAS, ánimo y a seguir adelante con la cabeza bien alta.