Día de la GuitarraOrquesta de la Comunidad Valenciana ADDA Sala Sinfónica. <br /> <br />????½<br /> <br />Solistas: Ignacio Rodes, Juan Manuel Cañizares, David del Puerto. Director: Josep Vicent. Obras de Nicolai Rimski-Korsakov, David del Puerto, Joaquín Rodrigo y Manuel de Falla. <br /> <br />Al final, haciendo alarde de mi valor dije Ich, pero le dije que no la sabía del todo aún. Él replicó: No pasa nada; tóquela. Así que me senté al piano, esperando que me decapitara?» La narración esta extraída del libro de la pianista americana Amy Fay Mis clases de piano con Franz Liszt y describe la primera vez que tuvo que tocar delante del compositor húngaro una de sus propias obras. La anécdota viene al caso porque el pasado sábado mientras asistía el estreno absoluto de Leukante (Concert Alacantí) no pude más que entrar en pánico mientras veía a Juan Manuel Cañizares y Ignacio Rodes interpretar frente al compositor, David del Puerto, la obra. Y es que ni la afable presentación de la obra por parte del autor, ni las palabras de agradecimientos a solistas, orquesta y director, ni el tierno recuerdo que narró del Festival de Música Contemporánea de Alicante, evitó que yo, al ponerme en situación, entrara en pánico. La obra, planteada como un concierto para tres guitarras (clásica, flamenca y eléctrica) contó, además de con los otros dos solistas ya citados (más la coreana Kyuhee Park en la segunda parte), con la participación del compositor como solista de la guitarra eléctrica. Claro, entenderán ahora de qué va esto. Tiene que ser duro, tanto como alentador, estrenar una obra no ya con el compositor en la sala, sino, además, con el compositor ¡en el escenario! Y es que la intensa mirada con la que David del Puerto observaba la interpretación de su obra, el Concierto está planteado como tres conciertos a la vez en los que cada solista va teniendo una entrada propia con cierto carácter personal, debía resultar intimidatoria, más allá de saber con total seguridad lo único que se le pasaba por la cabeza al compositor, lejos de querer criticar, era la profunda concentración en su propia música. Tampoco pude evitar acordarme con melancolía del antiguo Festival de Música Contemporánea de Alicante. Me acordé como con expectación un grupo importante de alumnos del Conservatorio de Alicante esperábamos la llegada de cada septiembre y su Festival; como cada año se entremezclaban con admiración y desagrado en proporciones variables cada uno de los conciertos. Al fin y al cabo, en eso consistía el Festival: en representar de manera limitada, pero caleidoscópica el pasado y el porvenir de la música contemporánea a lo largo de una semana. Todo eso se ha perdido y por eso es de agradecer poder ver estrenos de obras de magnitud, incluida la brillante interpretación de la Orquesta de Les Arts, en directo. Además, con el añadido de ser una obra que busca respetar la esencia del lenguaje de tres mundos (el de la guitarra clásica, el del flamenco y el de la guitarra eléctrica) en una sola obra; para mí, que he tocado casi de todo tipo de música, por ahí camina la esencia del concierto en el que se ha de huir de guetos para dar paso a la universalidad y la multiculturalidad.