El teléfono no sonaba para ofrecerles papeles y decidieron trabajar por cuenta propia. Y ahí están Ángeles Martín y Beatriz Bergamín con la Cía. Desafora2. Amigas, actrices y protagonistas de No hay papel, un texto de la nieta del escritor José Bergamín y bisnieta de Arniches, apellido que da nombre a la sala donde la amplitud de espectadores aplaudió con emotividad. La XXV Muestra de Autores Contemporáneos sigue con notable calor, y en este caso tuvo lugar el reencuentro de dos hermanas, una novelista y otra periodista. Florece la necesidad de seguir caminando, de romper ligaduras no solo como personajes, sino como personas e intérpretes que se dirigen al público para exponer sus circunstancias particulares. El teatro es el espacio de ambas en el mundo, una forma de estar y ser. De comunicación artística con su contenido social, voz propia y presencia. Juntas, al pie del cañón teatral y para ser útiles trasladándonos la pasión por las palabras, las dificultades de cada día y los anhelos con toque irónico y poético. Un repaso, algún choque, algunas evocaciones y la realidad actual en una serie de charlas entre ellas y mirando de frente al espectador con sus tonos de sinceridad y capacidad. La sencilla presentación escénica no busca el protagonismo de la teatralización con respecto a lo que se dice. Todo se concentra en la expresión verbal, los suaves sentimientos, las envolventes reflexiones y los rótulos proyectados con noticias sobre la infelicidad, la precariedad, la pobreza, la desigualdad creciente y la grave estafa de la corrupción. Nada nuevo. El daño a los derechos humanos, cuya declaración universal aparece en la pantalla. La obra está dirigida por Víctor Velasco eficazmente y se acerca al teatro documento, y Martín y Bergamín muestran y mantienen una crítica actitud en sintonía con los problemas de los personajes, de ellas mismas y del público. Todos pisamos la cuerda floja y lanzamos suspiros en una espinosa España. Pero no es cuestión de sobrevivir simplemente. Hace falta vivir. Y soñar en un sitio lleno de papeles arrugados o rotos. «Quiero ver el bosque por la ventana», afirma una. «El bosque soy yo», dice otra. Hay papel si hay personas cerca.
SEMANA SANTA
Toda la información sobre las procesiones en la provincia
Teatro crítica