Los guardamarencos recuerdan como una pesadilla los meses de incertidumbre vividos por la decisión tomada por José Luis Sáez de traer una planta de transferencia de basuras a la finca de El Pallaret, en nuestro municipio.

Desde que el 30 de enero del año en curso se le comunicara al alcalde de Guardamar, por parte de la Dirección General de Cambio Climático y Calidad Ambiental, que la planta venia al municipio, este utilizó todos los medios a su alcance para convencer a los guardamarencos de que la llegada de 113.000 toneladas de basuras procedentes de 11 municipios de la Vega Baja era lo mejor que le podía ocurrir a nuestro pueblo.

Después de tan reiterado empeño, todas aquellas bondades sobre la planta y su convencimiento de que la llegada de la misma «era una muy buena noticia para Guardamar»? ¿En qué han quedado?, ¿por qué no lo sigue peleando por conseguirlo? Y la respuesta no es otra que, gracias a la mala gestión de Manuel Pineda, presidente del Consorcio todo ha quedado en un mero «postureo» político, en una tomadura de pelo a quien se embarcó en un viaje hacia ninguna parte, pero que ha servido para recabar el posicionamiento, no a la planta, de los guardamarencos, reflejado en las más de 1.000 firmas recogidas por parte del PP.

Así pues, uno de los grandes proyectos de Sáez se le ha venido abajo, a lo que hay que añadir la falta de peso político en su propio partido ya que, según últimas noticias, ahora se pretende llevar la planta al vecino municipio de Dolores, donde también se tendrá que hacer un considerable desembolso económico en cuanto a infraestructuras se refiere.

En el pleno ordinario de 30 de marzo, el Grupo Popular presentó una moción, a la que los tres grupos que forman la mayoría en el gobierno (PSOE, EU, QG-PODEMOS) votaron en contra. En ella se pedía el cambio de ubicación de la planta, con el contundente argumento que Guardamar es un pueblo residencial y turístico, enumerando todas las razones perjudiciales a nivel de contaminación acústica y medio ambiental.

Al finalizar la intervención del Grupo Popular, el alcalde lo hizo diciendo: «Evidentemente no dejan de sorprenderme porque entre otras cosas, y me quedo tranquilo, tengo la absoluta certeza de que no saben de lo que están hablando».

Es ahora, al recordar estas palabras y visto como se han desarrollado las cosas, cuando el Grupo Popular, nos damos cuenta que el alcalde tenía razón: no sabíamos de lo que hablábamos porque desconocíamos y desconocemos cuáles fueron sus intereses ocultos.

¿Dónde quedan las bondades del proyecto, los puestos de trabajo, las mejoras medioambientales , el ahorro para el municipio?. Si ahora resulta que esta gran oportunidad se la lleva otro municipio, y el alcalde se queda tan tranquilo cabe pensar entre estas dos cosas:

1- José Luis Sáez le estaba ocultando algo al pueblo.

2- El proyecto no era tan bueno y nos estaba engañando.