Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Arte crítica

Azorín: Crear cultura, vivir la cultura

Estos días ha tenido lugar el IV Congreso Internacional sobre Azorín, que ha reunido en Alicante a expertos de todo el mundo en torno a esta figura, imprescindible para entender nuestra modernidad en la literatura, en la crítica, el ensayo, incluso en el análisis social y político. En la actualidad podemos ver en la Diputación de Alicante una exposición con diferentes retratos de Azorín realizados por artistas de la talla de Ignacio Zuloaga y Daniel Vázquez Díaz, lo que nos muestra, además, una conexión entre literatos y artistas plásticos en la que se creaba una intelectualidad muy comprometida con su tiempo.

Este es un evento necesario, el encuentro de expertos y artistas de diferentes disciplinas y generaciones alrededor de una figura de la importancia y la diversidad de Azorín. Una programación que debería repetirse todos los años, para eso, para crear cultura, para crear el debate sobre una obra que en principio es el puente a la literatura del pasado y del presente. Ese encuentro, si fuera anual, es decir, si tuviera la continuidad que requiere la cultura, daría a la ciudad, a la provincia de Alicante la dimensión de un autor como Azorín, propiciando la mirada hacia Alicante.

Azorín vivió el arte de su tiempo, compañero de viaje de los artistas pintores escultores, quienes lo retrataron, impactados por esta personalidad creadora del pensamiento y de la figura del intelectual de su tiempo. Los retratos de Zuloaga y de Vázquez Díaz son obras de dos pintores claves, pero contrapuestos en cuanto definían dos mundos diferentes, por su formación y por la visión del arte. En Zuloaga, de formación afrancesada, vemos su admiración hacia Ingres, en ese regusto decimonónico en el dominio de la figura humana, pero no siente la necesidad de ejercitar ese virtuosismo, casi fotográfico, sino que busca su personalidad, con un dibujo rotundo, sinuoso, en la tradición del retrato, en los pintores renacentistas, Velázquez pero también Goya. Un lector de la gran tradición de la pintura que anhela dar vida al personaje, situarlo en un punto de admiración y respeto, pero con realidad y crítica.

Sin embargo, Vázquez Díaz, ha sufrido la influencia del cubismo, y en este retrato vemos la construcción del rostro y de las manos, modelado más o menos realista, en contraste con el abrigo que es de una dimensión cubista, un volumen escultórico, exagerado por el tamaño y la forma. Pero no es un cubismo estricto, sino una interpretación personal de ese facetado de la visión múltiple sintetizada en la construcción. Ambos pintores están hablando de modernidad y de tradición, como el propio Azorín en su obra, de la influencia francesa en la modernidad y de la lectura personal de todo este conocimiento.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats