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Lorena Gil López

A contracorriente

L. Gil López

¿España pierde, mami?

Jueves por la tarde. Me dispongo a hacer una papilla de frutas para mi hijo mientras estoy viendo en La Sexta cómo empieza a hablar Carles Puigdemont. No sé si darle a la batidora o esperar, es un momento crucial, después de hacer el ridículo toda la mañana por fin se dispone a salir para anunciar si convoca elecciones o abre la puerta a la declaración de independencia. Aprieto el botón mientras le veo hablar, pero no escucho lo que dice, mi ilusión es que esté hablando que apuesta por las elecciones, que en lugar de inmolar a Cataluña ha tenido sentido de Estado y se inmola él. Pero no, termino de batir y quien sale en pantalla es un hombre que ha decidido triturar más de 40 años de libertades y democracia. Me voy al parque con mis hijos y me llevo los auriculares para escuchar la radio; mi hija me mira y me pregunta: «¿Por qué te pones eso, mami? Papi también lo llevaba cuando nos ha recogido en el cole». Le respondo que «están pasando cosas muy importantes en España», y me mira sin entender nada. Ella asocia España a los partidos de la selección nacional de fútbol porque tienen patatas y olivas mientras vemos a Isco, Iniesta, Silva, Piqué y compañía. Así que me hace otra pregunta: «¿España ha perdido?». No puedo menos que reírme a carcajadas ante la inocencia de una niña de 5 años que todavía no es consciente del momento histórico, y triste, que estamos viviendo. Ya por la noche, sentada en el sofá, me acuerdo de que no le he contestado y me alegro de que las risas nos hayan hecho olvidarlo. ¿Qué le debería haber dicho? Puigdemont ha querido tensar la cuerda para lograr la quimera de la independencia y Cataluña ha perdido, ahora queda una sociedad catalana fraccionada que tengo dudas que se pueda recomponer. Sí, me temo que España también ha perdido.

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