Europa repite algunos de sus errores del siglo pasado. El fascismo que acampó a principios de siglo en la vieja Europa vuelve a resurgir con fuerza en algunas tierras de esta maravillosa Europa. Es difícil entender que después de las terribles experiencias con el fascismo de Italia, España y especialmente de la nazi Alemania, nuevos partidos fascistas irrumpan en los parlamentos de muchos países europeos.

Ya llevo advirtiendo hace algunos años de la presencia de estos malnacidos en la respuesta que determinados ciudadanos plantean a los graves problemas que tenemos. Es injusto pensar que los terribles momentos que pasamos tengan solución votando a los partidos de corte fascista. Esa retórica populista ha calado en algunos estados donde cosechan un significativo número de votos.

Lo que le ocurrió a Mónica Oltra es un ejercicio de puro fascismo. Esas hordas violentas acechando su hogar solo merecen todo el repudio de los demócratas y todo el peso de la ley. Claro que yo estoy en contra también de los escraches, pero el fascismo es un ejercicio de violencia inaceptable.

Las últimas noticias de la utilización en un campo de fútbol, de la imagen de Ana Frank, la niña judía gaseada en un campo de concentración por los nazis, es solo la patita de una banda de degenerados que ya pierden la vergüenza de asomarse a nuestra sociedad.

Los acontecimientos de nuestra fiesta del 9 de octubre con esa jauría fascista por la calle golpeando a troche y moche solo son el fiel reflejo de que estos tienen que ser perseguidos por nuestra justicia. Cada paso que no demos en detener a toda esta gentuza serán armas que les aportaremos. Nuestra sociedad democrática no ha realizado este camino para nadie ocupe la calle como si fuera suya. Como si la violencia callejera fuera el método para cumplir sus enfermedades mentales y sus carencias. La violencia se combate con la represión policial y con la cárcel. Sin tonterías en esto, por favor.

En España el fascismo acampó durante 40 años. Y yo creo que es esa una de las razones por las que no hemos tenido representación de partidos fascistas de derechas en el Parlamento, a diferencia del resto de Europa. Pero claro que hemos tenido, y tenemos, fascismos. ¿Qué creen ustedes que fue el terrorismo de ETA? Puro fascismo. Porque la utilización de la violencia y la muerte para imponer sus planteamientos políticos es fascismo en esencia.

Aunque aquí no hemos tenido fascismos de ultraderecha, con representación popular, tenemos pequeños grupos de fachas organizados en torno al fútbol que organizan sus peleas y vítores racistas. Sí están.

Pero el fascismo es también violentar las leyes para acabar con los que no piensan como tú. Muchos partidos fascistas ganaron en las urnas en Europa para, luego, cometer algunas de las mayores atrocidades que jamás uno podría imaginar. Los fascismos utilizan las leyes para violentarlas y ejercer la tiranía de las mayorías. Ese fascismo, aquí en España, lo han dibujado algunos nacionalismos. Primero ETA matando, con cerca de mil muertes arrogados a un partido que era votado en urnas y justificaba la existencia de la banda terrorista.

Y luego el fascismo nacionalista catalán. Esos indocumentados que al grito de ¡Abajo Franco!, hicieron ayer lo mismo que habría hecho el dictador: Eliminar a la población que no piensa como ellos, y teledirigir las leyes y retorcerlas para imponer una ideología al resto. Está todo inventado. La fractura del nacionalismo catalán es una fractura fascista. Porque si no entendemos que quebrar la ley en un Estado de Derecho sólo lo hacen los delincuentes y los fascistas, entonces tenemos un problema de primero de democracia.

El lodazal ya huele a mierda. Porque se permitió multar a los negocios que ponían el nombre en español, porque no se permitió a las familias educar a sus hijos en español, porque se adoctrinó en las escuelas con el resultado de que los mañacos rezuman odio cuando debían estar cortejando sexualmente al sexo que prefieran. Todo eso aconteció hasta la batalla final. El esperpento de ayer de un Parlamento, al servicio facha, capitaneado por una CUP anarquista, pasará a la Historia que habrán de estudiar todos esos estudiantes que creen que España les ha robado. Y hoy que escribo mi artículo 450 en este periódico, lo hago desde la tristeza. ¡Abajo el fascismo nacionalista!, también.