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Joaquín Rábago

Democratizar el Eurogrupo

Que el Eurogrupo tiene muy poco de democrático hace tiempo que lo sabemos y soportamos los ciudadanos, pero ahora es el comisario de Economía de la UE quien denuncia ese déficit.

Y lo hace en una carta de despedida del hombre del déficit cero, el ministro alemán de Hacienda, Wolfgang Schäuble, que dejará su puesto en ese poderoso club europeo para presidir el Parlamento alemán.

El artículo de despedida, que publica el semanario alemán Die Zeit, tiene no sólo elogios al legado de estabilidad que deja Schäuble a su país, sino también críticas.

"Naturalmente deseo que Alemania haga aún más (que hasta ahora) en apoyo de las inversiones y el crecimiento en la eurozona", escribe el político socialista francés.

Y, entre otras cosas, habla de la necesidad de completar la unión bancaria, crear un seguro común de última instancia para el proceso de liquidación bancaria y un sistema europeo de garantía de depósitos.

Pero aún más importante y urgente que todo eso es en opinión de Moscovici la democratización del Eurogrupo, que es quien decide qué reformas estructurales debe acometer un país miembro o a qué esfuerzos presupuestarios ha de comprometerse.

El problema, señala el comisario, es que las decisiones del Eurogrupo se adoptan "en nombre de los ciudadanos europeos y pueden tener amplias y muy graves consecuencias para un país como demuestran los casos de Grecia, Portugal, Chipre o Irlanda".

Pero, se pregunta Moscovici, "¿quién consulta a los representantes de los Parlamentos nacionales o del Parlamento europeo, quién explica a los ciudadanos las decisiones que se toman y ante quién se responsabilizan de ellas?

Mientras Wolfgang Schäuble fue miembro del Eurogrupo, "se dejó oír allí con total claridad la voz de Alemania. Y siempre en estrecha coordinación con el Parlamento germano", explica el comisario.

Lo cual le daba a él y a lo que decía una "fuerte legitimación democrática y política". Pero "no todos los miembros del Eurogrupo gozan en igual medida de ese privilegio", critica Moscovici.

El Eurogrupo, dice éste, no puede seguir siendo sólo "un club de ministros de Economía y Finanzas que se sustrae al control parlamentario europeo. Son demasiado importantes sus decisiones".

Hay que atribuir un papel de control que le corresponde al Parlamento europeo, algo que estaría en consonancia, según Moscovici, con la tradición histórica alemana.

Pues Alemania "insistió siempre con razón en que cada paso que reforzaba o ampliaba las competencias en la UE debía ir necesariamente acompañado de otro que reforzase el control democrático".

"Deseo que el Eurogrupo acepte ese desafío democrático y se sienta obligado a responder ante el Parlamento Europeo de las decisiones que adopta. Igual que hago yo como comisario", afirma Moscovici.

Pero éste va más lejos y aboga, como el presidente francés, Emmanuel Macron, por el nombramiento de un ministro de Finanzas de la Eurozona, que sería quien respondiese ante los ciudadanos.

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