Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Opinión

Pere Rostoll

La artillería y la diplomacia

Una vieja máxima política establece que cuando más fuerte resuena la artillería mejor debe funcionar la diplomacia. A estas alturas del partido que se juega en Cataluña tenemos dos certezas. Primera. Estamos en una semana clave del choque de trenes: el Senado ya tiene marcada fecha para validar la propuesta de Rajoy para suspender la autonomía de Cataluña y convocar en un plazo sin determinar nuevas elecciones; y a su vez el Parlament también ha puesto día y hora para celebrar una sesión que podría desembocar en la proclamación de la independencia. Artillería de máximo calibre. Pero la segunda evidencia es que ni las medidas contra el gobierno catalán -el famoso artículo 155 de la Constitución- ni tampoco esa declaración secesionista van a solucionar nada. Al contrario. ¿Qué hará Rajoy si convoca elecciones y, como apuntan las encuestas, vuelven a ganar los nacionalistas? ¿Va a tener suspendidas las instituciones catalanas con la mitad de la población en la calle? ¿Y qué va a hacer una Cataluña fuera de Europa y en recesión económica? ¿Puede salir adelante un nuevo estado con «su» otra mitad en contra? Todo seguirá fracturado la próxima semana. Así que la diplomacia debería seguir funcionando. Y sólo había dos vías de mediación. Una la representaba por su centralidad el sector más federalista del PSOE con un perfil como Ximo Puig: puede ejercer interlocución con el PP y con los independentistas a la vez. Esa posibilidad la ha abortado el propio Pedro Sánchez tras pactar con Rajoy y dinamitar al socialismo catalán. La otra es la de José Manuel García Margallo, diputado del PP por Alicante. Tiene clara desde hace tiempo una «hoja de ruta»: financiación, reforma de la Constitución, ley de lenguas... Línea abierta con Oriol Junqueras y Raül Romeva, dos de los pesos pesados del gobierno catalán. No está hipotecado por aspiraciones de futuro. Y hasta acude en ocasiones a TV3, esa «tele» pública que el PP quiere intervenir. Sólo hay un problema. Ni Soraya ni Montoro le dejarían. Mucha artillería y ninguna diplomacia.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats