La operación ya está en marcha. Con la llegada del otoño, el Partido Popular de Torrevieja se ha fijado un objetivo: conseguir una mayoría cómoda para gobernar el Ayuntamiento en 2019. Como al día de hoy todas las encuestas reinciden en que no está nada claro que logre «la absoluta» en las próximas municipales lo han visto claro.
A estas alturas, descartada una moción de censura, las huestes del diputado nacional Joaquín Albaladejo se mueven con sigilo para promocionar y potenciar un mirlo blanco.
Lo están haciendo para que sea quien encabece la candidatura de Ciudadanos y pactar tras los comicios con él, sin problemas, el gobierno municipal.
El escogido es un joven con hondas raíces en la ciudad, que desarrolla su actividad profesional entre naranjos salineros y promociones inmobiliarias de calidad: Carlos Carmona.
El caso es que el elegido, quien no es la primera vez que ha sonado para liderar el destartalado -mejor no definirlo con más adjetivos- funcionamiento de la agrupación local del partido naranja, dijo ya en su día estar al margen de cualquier aspiración de intervenir en la política municipal y, según sus allegados, mantiene su actitud.
De cualquier forma la salida a la palestra de Carmona «junior», miembro de la dirección del Real Club Náutico de Torrevieja, ha dado vidilla a la mortecina vidilla política local.
En el panorama de los partidos en Torrevieja no ha surgido ninguna otra figura emergente.
Ciudadanos, tras múltiples trapisondas, ha puesto en cabeza de su dirección a José Luis Almira, el cual -y a lo mejor debido a su inexperiencia- se ha tomado sus nuevas responsabilidades con aires de almirante.
El incombustible e imprevisible Domingo Soler Torregrosa al frente de APTCe, seguirá defendiendo su sillón en el Ayuntamiento. Ya se las arreglará.
Por su lado, los de Sueña Torrevieja de Pablo Samper y Alejandro Blanco aspirarán a repetir como ediles porque es difícil que se lleguen a entender con el PSOE.
Los socialistas siguen como siempre: defendiendo a dentelladas, secas y calientes, como dejó dicho Miguel Hernández, su parcelica de poder. Su principal activo es Fanny Serrano aunque quien tiene ambición, los apoyos y no pocos problemas es Javier Manzanares.
Con Los Verdes de José Manuel Dolón no habrá debate. Haga lo que haga su alcalde. Tienen asegurada su nicho de votantes.
Con la Izquierda Unida, de Víctor Ferrández, la cosa es más compleja, todo depende de la entrada en liza y posibles alianzas con Podemos a quienes, por cierto, no parece interesarles un comino las cosas de Torrevieja. Ni un sólo comunicado de Prensa han emitido durante mas de dos años. IU supo, al contrario de lo que sucedió en el resto del país, fagocitar a la potente corriente de Podemos -en votos- sin muchos traumas.
Los populares ya se sabe: sin lider carismático por mucho que se empeñe Eduardo Dolón con su política de criticar el estado de adoquines, pericas «fundías» y otras fechorías que no afrontaron en sus años de mandato, poco pueden ofrecer.
Se acabaron las campañas donde el gran triunfador afirmaba que, con él de cabeza de lista y veinte cabras componiendo el resto de la candidatura, barría.
No es difícil deducir, después de lo expuesto, que los partidos en Torrevieja no han dedicado nunca un mínimo esfuerzo por potenciar sus respectivas agrupaciones. Así nos va.