El Premio Nobel de Literatura es el reconocimiento más prestigioso en el mundo de las letras, y se concede al autor cuya obra haya sido más valorada cada año por la Academia Sueca, convirtiéndose su entrega en uno de los momentos cumbre del año literario.

Y a la polémica concesión al cantante Bob Dylan el pasado año, sucede Kazuo Ishiguro, como último premiado, siendo este un escritor británico de origen japonés, nacido en Nagasaki, pero que en 1960 y con cuatro años de edad, se traslada al Reino Unido, por lo que su obra es básicamente europea, siendo su libro más conocido Los restos del día, que es un relato ambientado en la Inglaterra de los años cincuenta, que narra el viaje que emprende por primera vez en su vida el que ha sido mayordomo durante largos años de un noble inglés, cuando la mansión victoriana de este pasa a un rico norteamericano que ofrece su coche al protagonista para que disfrute de unas vacaciones, que acabarán convirtiéndose en realidad en un viaje de descubrimiento y de identificación personal.

Dicha novela fue adaptada al cine por el realizador británico James Ivory, con el título Lo que queda del día, e interpretada magistralmente por Anthony Hopkins y Emma Thompson, protagonizando con talento e intensidad una historia de intriga, sentimientos y amor contenido, con una magnífica ambientación y una excelente fotografía y banda sonora.

Y a propósito del personaje de ese mayordomo pulcro, perfeccionista, leal y honesto, pero incapaz de permitirse pasiones, y en relación con esto último no hay que olvidar que la pasión es la energía de la vida, pues todo aquello que hacemos de ese modo nos hará sentir plenos y felices, debido a los sentimientos que despierta entusiastas y completos. Pues al hacer algo que te apasiona, te motivas y te emocionas, llenándote de fuerza y alegría y es el camino de buscar lo que realmente nos entusiasma y nos hace vibrar, el que tenemos que seguir para poder sentirnos más realizados.

Y aunque no me gusta en general leer un libro del que previamente he visto la película, esta vez hago una excepción y con toda mi pasión y entusiasmo me propongo iniciar Los restos del día, que para muchos es la obra maestra de Ishiguro, y que imagino de lectura compleja e interesante.

Aunque claro, hay otros títulos, me dicen, del premiado autor británico que resultan tan sugerentes como, por ejemplo, El gigante enterrado que es una novela de redención, culpas pendientes, amor y aventuras con dragones, monjes y guerreros que para muchos, con opiniones a favor y en contra, sigue la estela de la serie televisiva Juego de Tronos, que me acaba de regalar mi hija María, y claro, igual ahora, ese libro puede que quizá, solo quizá, me apetezca más.