Hace unos días, la Conselleria d'Habitatge, Obres Públiques i Vertebració del Territori contestaba a una consulta que, sobre la tramitación del expediente del Mercado Central, les presentaba la asociación Àgora d'Elx y, en concreto, sobre la existencia del pertinente estudio de tráfico.

La respuesta textual de la Conselleria no puede ser más contundente: «En la documentación tramitada por los Servicios Territoriales de la Conselleria, no se incluye estudio de tráfico».

Téngase en cuenta que el proyecto, que aprobó el PP en solitario, pretende convertir el actual Mercado Central (q.e.p.d.) en un centro comercial privatizado y con un aparcamiento, también privado, que en sus inicios se pensaba de 400 plazas y que, al final, ha quedado en cerca de 300. Una propuesta como ésa, con tal impacto de tráfico en una zona histórica y con viales inadecuados para el mismo y que generará una fuerte presión circulatoria sobre gran parte de la zona centro de la ciudad y, de rebote, por buena parte del resto, parece lógico que disponga de un estudio de tráfico que regule esta circunstancia.

El Plan de Reformar Interior (PRI) que el Ayuntamiento aprobó en abril de 2013, y la Conselleria mes y medio después, es el documento urbanístico que posibilitó que se aprobara el proyecto privatizador en el Mercado. En este se hace referencia importante a que «los temas de tráfico y accesibilidad se analizan y justifican en el estudio de tráfico que acompaña a este PRI». Incluso se dice que «el proyecto que lo desarrolle y su entorno se ajustará a las condiciones establecidas en el estudio de tráfico».

Lo insólito de esta situación es que el estudio de tráfico no existe. Según todo apunta, no ha existido nunca. Decir que el proyecto se puede hacer condicionado a un estudio de tráfico, que se sabe no existe, es fantástico. Ni a Fernando VII se las ponían mejor.

¿Cómo es posible que el Ayuntamiento primero, y Conselleria después, aprueben un plan urbanístico, que se basa en un documento de tráfico fundamental, que se dice que consta en el expediente y no ha estado nunca? ¿Cómo se revisan los expedientes? ¿Y nadie es responsable de ello? Ni administrativa ni políticamente. La Conselleria reconoce que lo aprobó sin estar ese estudio y ni se pregunta cómo se pudo hacer eso ni anuncia ninguna medida para averiguarlo. El Ayuntamiento de Elx, que inició y aprobó el expediente en su día, tampoco parece darse por aludido. Es cierto que todo comenzó con el PP en el poder, pero también es cierto que, ante la polémica que el proyecto suscita y después del cambio de gobierno que se produjo en 2015, el nuevo Ayuntamiento debería haber sido más beligerante en este tema.

El tema del Mercado Central es el tema más importante que heredó el nuevo Ayuntamiento y que marcará todo el mandato. Ya lo está haciendo. Y no para bien.

Que no había estudio de tráfico en el proyecto no lo descubrió el nuevo Ayuntamiento, con toda la preocupación que decían que tenían por el mismo. Lo descubrió un colectivo ciudadano, como es Àgora, y después de increíbles trabas para acceder al expediente. Y eso que se hace alarde de transparencia. Y hubo que recurrir al Síndic y a la Conselleria de Transparencia para conseguirlo. De todo, menos facilidades para ver un expediente público tan importante. Y, cuando se denuncia la falta, todo el mundo se pone de perfil. Los que tenían obligación de descubrirlo porque se comprometieron públicamente, antes de la campaña electoral de 2015, a hacerlo, y tenían los medios: gobernaban el Ayuntamiento y estaban «liberados» para hacer estas cosas y defender sus compromisos, no lo hicieron.

Ni siquiera ahora, cuando ya es evidente el engaño que se padeció en este expediente, hasta la Conselleria lo reconoce y, hay que recordarlo, gracias siempre a la presión de colectivos como Salvem el Mercat, y otros, nunca gracias a los que deberían haberlo hecho desde el Ayuntamiento, empezando por la Alcaldía, resulta que parece que no les afecta. Ni detectaron la falta ni han investigado por qué se produjo tal aprobación ni se comprometen a hacerlo y, mucho menos, a estudiar si, jurídicamente, hay todavía alguna posibilidad de poder anular proyecto tan dañino para la ciudad.

El tema del Mercado Central ha sido objeto de un mercadeo, a nivel institucional, impresentable y sus consecuencias afectan y afectarán en el futuro a toda la ciudad. Nunca se debió aprobar y, en cambio, se debió luchar mucho más contra él después del cambio de Corporación y eso fue un compromiso público que se hizo y no se ha cumplido.