Sin ser una adaptación de la tragedia de Shakespeare, el autor Manuel Molins se inspira en la historia del príncipe de Dinamarca, estrenada a principios del s. XVII, y en algunos personajes de la emblemática obra, fuente inspiradora e inagotable por plantear preguntas perennes, abiertas a infinitas interpretaciones. Por eso, Molins eligió una determinada vía al escribir su Hamlet canalla e intentar ofrecer otra versión más actual del mito. No contiene todos los elementos que constituyen el arte teatral, como sí los incluye la pieza shakesperiana, pero laten los temas esenciales y la complejidad que impuso el dramaturgo inglés a la trama, base del texto de esta coproducción entre la Companyia Teatre Micalet y el Institut Valencià de Cultura, uno de los montajes con los que se pretende relanzar el teatro valenciano. Desfilan cuestiones en relación con la inutilidad de la venganza y los ficticios héroes. Política, corrupción, machismo u otras lacras con el apoyo mínimo del vídeo, lo que se acerca al teatro documento. Dirigida por Joan Peris, la propuesta se ubica en un tablado encima del escenario y se estructura en seis escenas interpretadas por Josep Manel Casany y Ximo Solano. El primero realiza distintos papeles, y el segundo es el cuestionado Hamlet, según la nueva visión de Molins. El firme trabajo de los actores, la desnuda teatralidad y las atmósferas saltan a la vista. La palabra invade al público. Y la presentación escénica se reduce a ese ámbito especialmente. La importancia de una obra, sin embargo, no puede consistir en trasladar mensajes o discursos que ya conocemos, sino en el cómo se teatralizan las ideas y los conflictos. Casany interpreta al espectro del rey envenenado por Claudio, actual monarca y el tío del príncipe, hijo del rey difunto. Otro papel es el de Gertrudis, la madre de Hamlet y esposa del asesino. La afligida Ofelia ama al príncipe (amigo de Horacio) en un turbio ambiente de maquinaciones, y el actor de una compañía escucha a Hamlet al hablar sobre la interpretación. Soltura y sobriedad sin ser muy tibio. Así, sueltos, dominando y exprimiendo actuaron los protagonistas en un Teatre Arniches de Alicante vestido de gala para la ocasión.