En palabras de la sexóloga María Esclápez, autora del reciente libro Inteligencia Sexual, un alto porcentaje de la población es, aún hoy, analfabeta sexual. Y es que, hablando de sexo, puede que nos quede algo por aprender. Repasemos pues algunos términos de reciente aparición:

La porno-ilusión. Según Georgina Vorano, psicoanalista lacaniana, la porno ilusión es un neologismo que define la creencia de que las relaciones sexuales perfectas existen y que se muestran en las pantallas. No necesariamente en películas pornográficas, sino en filmes comerciales o incluso en el cine de autor. En consecuencia, uno puede sentir que no está a la altura de esos modelos. Georgina propone encontrar nuestro propio estilo, aquello que nos hace especiales, aunque esté lejos de ser perfecto.

El capital erótico. Para la consultora de imagen y comunicación Andrea Vilallonga, el capital erótico se refiere a nuestra capacidad para la seducción, que depende no sólo de nuestras características físicas, sino también de nuestra personalidad, nuestra comunicación no verbal, nuestro modo de movernos, de caminar, de nuestro carisma. Según Vilallonga, los seres humanos tardamos unos 15 segundos en juzgar y generar una primera impresión sobre la persona que acabamos de conocer, así como en decidir gran parte de nuestras intenciones hacia el otro. Por tanto, la vitalidad, el saber vestirse bien, el encanto, el don de gentes y la competencia sexual, que son parte de esos rasgos que percibimos rápidamente, causarán una influencia decisiva en el otro.

La inteligencia sexual. Se trata de un concepto acuñado por los psicólogos Sheree Conrad y Michael Milburn, profesores e investigadores de la Universidad de Massachussets, y hacen lusuión a la capacidad para comunicarnos con nuestra pareja, para expresar nuestros propios deseos y necesidades sexuales en lugar de reprimirlos. Igualmente, disponer de información contrastada en torno al sexo en vez de guiarnos por creencias erróneas, nos evitará prejuicios, tabúes y miedos.

Según estos autores, la persona sexualmente inteligente es aquella que carece de falsas creencias, o pudor hacia la sexualidad, rompiendo también con los estereotipos establecidos. Además, disfruta abiertamente de su sexualidad, entendiendo que forma parte de su personalidad, sin sentirse culpable, es sexualmente activo, y se reafirma como ser sexual. Conoce bien su cuerpo y qué le resulta placentero. Conoce sus deseos, sus sentimientos y sus fantasías, y no teme expresarlos. Tiene encuentros sexuales satisfactorios y se preocupa por la satisfacción y bienestar de su pareja sexual.