El pasado 29 de septiembre el profesor Antonino Martín Palacios defendió su tesis doctoral titulada Situación actual de los clubes deportivos ilicitanos, por la que recibió la calificación de sobresaliente cum laude por unanimidad. Antonino Martín, además de profesor de Economía, es un veterano atleta especializado en carreras de 400 metros. Solo un enamorado del deporte como él podía dedicarle unos cuantos años de trabajo a investigar, uno por uno, los más importantes clubes deportivos de nuestra ciudad y entrevistar de paso a las personas que han hecho posible que sus diferentes modalidades deportivas estén presentes en una ciudad tan deportiva como la nuestra.

Cuando hablamos de clubes deportivos en Elche, a primera vista podríamos distinguir entre dos clases: de un lado, el Elche CF y del otro, todos los demás. El primero es en realidad una Sociedad Anónima Deportiva donde las decisiones las toman sus accionistas como propietarios. Su historia reciente está marcada por una nefasta gestión en lo cabría calificar como uno de los fracasos colectivos más importantes de la ciudad, por lo que parece pertinente que el autor de la tesis lo haya dejado completamente al margen. Los segundos, los clubes deportivos, son entidades sin ánimo de lucro cuyos socios toman las decisiones pero no son propietarios: ni pueden vender el club ni pueden repartirse beneficios. A esta segunda categoría pertenecen en nuestra ciudad más de un centenar de clubes que son el verdadero motor del deporte amateur y federado, el que llena las canchas de la Ciudad Deportiva, Carrús o El Plá todos los fines de semana.

La tesis del profesor Martín Palacios nos ofrece un fiel retrato del tipo de club deportivo más abundante en la ciudad de Elche, aquel que el autor denomina «club tradicional» y que reúne cinco cualidades básicas: no tiene instalaciones propias; está orientado al deporte federado; cuenta con entrenadores propios; no establece restricciones a la entrada de socios y sus directivos suelen asumir todas las tareas de gestión. Al lector le vendrán a la mente clubes como Club Baloncesto Ilicitano, Juventud Atlética, Decatlón, Club Voleibol Elche, Club Tenis Mesa Dama de Elche y otros muchos. Todos ellos constituyen la primera opción cuando una persona aficionada a cualquier disciplina deportiva decide, solo o acompañado por sus padres, entrenar y competir en alguno de los deportes más tradicionales, los «de toda la vida». Y es curioso que la irrupción de internet y de las redes sociales apenas haya cambiado el modo de captación de deportistas en nuestros clubes, ya que es en las instalaciones, mediante el contacto personal, donde encuentran la principal vía para la incorporación de nuevos efectivos.

Pero ¿en qué basan su continuidad los clubes? En primer lugar en la entusiasta dedicación, digna de todo elogio, de sus dirigentes. Ellos se afanan cada semana en mantener viva la llama de su deporte y lo hacen por pura afición, de manera totalmente altruista, sin percibir ningún tipo de compensación económica y llegando incluso en ocasiones a financiar deudas. Hablamos de dirigentes que llevan sirviendo a sus clubes y a la ciudad diez, veinte e incluso más de treinta años.

En segundo lugar los clubes tienen como pilar fundamental a los técnicos deportivos, volcados en sus equipos según reconocen deportistas y directivos. Entrenan dos veces por semana y dirigen los encuentros del fin de semana; todo ello a cambio de una retribución casi simbólica, sin contrato ni seguridad social en la inmensa mayoría de los casos.

Los clubes son conscientes de la necesidad de enmendar esta situación, a pesar de sus altos costes y de los laboriosos trámites administrativos.

Por último, las instalaciones municipales son el tercer pilar que permite la continuidad de los clubes. Recordemos que el Ayuntamiento de Elche pone a su disposición más de cien espacios deportivos con tarifas reducidas o simplemente gratuitas, porque de otro modo los costes por su uso serían difícilmente asumibles para la mayoría de ellos.

Con entusiastas dirigentes, técnicos volcados en sus equipos y un razonable acceso a las instalaciones deportivas necesarias, parece que ya no hay mucho margen de mejora en los servicios a socios y usuarios. Sin embargo en algunos de estos clubes encontramos sugerencias para conocer la senda a seguir: profesionalizar la gestión, o al menos parte de ella y organizar eventos como medio para captar recursos, socios y deportistas, son algunas de las propuestas más interesantes. Los clubes que lo llevan a cabo han logrado mayor visibilidad en su entorno y han dado pie a mejores resultados deportivos.

Una tesis doctoral, pues, que además de una investigación rigurosa, es un homenaje al esfuerzo ímprobo de las personas que han hecho posible la continuidad y el desarrollo de sus respectivas modalidades deportivas. La tesis incluye a 18 de los más importantes clubes deportivos ilicitanos pero, sobre todo, abre un camino de estudio que debe tener continuidad.