En el artículo del diario INFORMACION, publicado el día 28 de septiembre de 2017 y titulado «El turismo se consolida como gran motor de empleo frente al avance de la robótica» , se escribe que el presidente del parlamento europeo, Antonio Tajani, dijo que «a la amenaza de la revolución digital, se han unido otros factores que pueden afectar directamente como la mal llamada economía colaborativa o la presión de las plataformas digitales que mueven alojamiento clandestino y evaden impuestos al cotizar en Europa y contra las que hay que luchar».

Creo que la intención del presidente es poner de relieve algunos de los problemas que el sector tiene y que pueden amenazar ese deseable pronóstico sobre el aumento del empleo en el sector.

Pero también creo que no podemos meter en el mismo saco, sin más matices ni explicaciones, conceptos como «revolución digital», la «economía colaborativa» y las «plataformas digitales» y con otros como «clandestino», «evasión de impuestos» y «contra las que hay que luchar»: eso sí que puede ser muy peligroso para nuestro futuro.

El turismo es una de nuestras principales fuerzas económicas, si no la que más. En nuestra economía, maltratada por una crisis de la que parece que estamos saliendo, el turismo está jugando un papel fundamental y son muy buenas noticias que se le augure un futuro prometedor y que siga siendo un generador de empleo.

Pero si no conciliamos la tecnología con el turismo estaremos cometiendo un gran error que se traducirá en el consabido «pan para hoy y hambre para mañana».

Todos los pronósticos nos dicen que durante los próximos años el número de trabajadores en el sector de la restauración y comercio irá en aumento en España mientras que el empleo en otros sectores se resentirá y descenderá ligeramente (ver gráfico)1.

Todos los empleos tienen algunas actividades susceptibles de ser automatizadas. Este es el «riesgo de automatización» y es diferente según la naturaleza del trabajo.

De igual forma, existen también unas «posibilidades de complementariedad» es decir: las posibilidades de que el trabajo incorpore la automatización y con ello aumente su productividad.

En el mismo informe de ADEI mencionado hay otra gráfica2 donde se expone el distinto riesgo de automatización y complementariedad según el tipo de trabajo y allí se puede observar que el «trabajador de restauración y comercio» es uno de los que tiene «mucho riesgo de automatización» (>60%) y solo algunas posibilidades de ser «complementado por la automatización» (

El sector del turismo ofrece infinitas posibilidades laborales. La naturaleza de las distintas actividades que desarrollan los profesionales del turismo pueden ser enormemente diferentes unas de otras: desde emprendedores que apuestan por el turismo temático hasta camareros eventuales de barra de playa, desde administradores de hotel hasta encargados de la limpieza y aseo de las habitaciones? todas ellas son profesiones dignas pero muy diferentes unas de otras. Así que para aplicar los datos anteriores tenemos que bajar al detalle y estudiar bien la naturaleza de las distintas ocupaciones. ¿Cuáles son las ocupaciones concretas que tienen «riesgo de automatización» y cuáles son las que pueden ser complementadas?

Pero la cuestión más importante que subyace es: ¿Podemos hacer algo para que los puestos de trabajo que se creen en este sector puedan beneficiarse de la complementariedad de la tecnología y no correr el riesgo de la automatización?

Yo no tengo dudas de que sí que podemos. Incluso creo que ya estamos tomando interesantes medidas en este sentido: desde iniciativas increíblemente audaces, como la del INVATTUR (Instituto Valenciano de Tecnologías Turísticas) a los nuevos másteres sobre turismo que están proliferando en nuestras universidades y en los que existe un componente tecnológico sustancial, por no citar las innumerables iniciativas para estimular el emprendimiento tecnológico en el sector sostenidas por Universidades y administraciones locales.

Pero tenemos que empujar todos a la vez, y, sobre todo, en la misma dirección.

Aunque resulte fácil por lo suculento de un titular, presentar la tecnología como «amenaza», no podemos permitirnos enfrentar la tecnología con el empleo, ya que el empleo de calidad va a depender de ella.

Y, por supuesto, no debemos oponer un nuevo modelo económico basado en la tecnología con el modelo basado en el turismo ya que ambos, afortunadamente para nosotros, pueden (y deben) coexistir.

Si los oponemos, si no conciliamos tecnología con turismo, el empleo que fomentaremos será el que puede ser sustituido por robots -y no dudemos de que lo será-. Si los hacemos complementarios, entonces sí que podremos establecer las condiciones para que el empleo que se desarrolle en nuestra zona sea empleo de calidad, insustituible, bien pagado en el presente y con un gran futuro por delante.

Lo digital puede ser el fin de muchas cosas, pero también el principio de muchas otras. Todo depende de la actitud y la aptitud con que se aborde la cuestión.