Carta abierta al alcalde de Orihuela:

Los medios de comunicación tienen la ventaja de acercar a los ciudadanos a aquellas personas, como usted, que han recibido en las urnas el mandato para administrar los impuestos que pagan, y devolvérselos en forma de servicios y dotación de infraestructuras ajustadas a las necesidades que tienen. En nombre de los vecinos y asociaciones a los que representa FAOC, aprovechamos hoy esta tribuna para decirle públicamente que, transcurridos más de 2 años de su acción de gobierno, sigue sin mejorar el grave e histórico déficit de infraestructuras y servicios que afecta a Orihuela Costa.

Tenemos que reconocer que, desde que Luisa Bonè ocupó el puesto de coordinadora de Servicios de la Costa se han llevado a cabo actuaciones puntuales de mejoras en playas, jardines, parques infantiles, desbroce, asfaltado, etc. que han mitigado algunos de los problemas existentes.

Pero, con ser importante ese esfuerzo, está muy lejos de representar la satisfacción de las enormes necesidades de inversión y servicios que tiene la costa; y que han culminado en un verano, por segundo año consecutivo, durante el cual la cota de deficiencias en los servicios municipales, especialmente el de recogida RSU y limpieza viaria, ha sido inaceptable para los ciudadanos.

Calles llenas de basura, por falta de contenedores y deficiencias en la recogida; podas y enseres esparcidos sobre el pavimento durante días y días; papeleras y pasarelas totalmente insuficientes en las playas, provocando imágenes lamentables y reñidas con la higiene y salubridad; un buen número de jardines y parques infantiles totalmente abandonados, por falta de mantenimiento; pinadas y ramblas con alto riesgo de incendio, por su falta de mantenimiento; falta de policía local, que no erradica diversas actividades ilegales (manteros, masajistas, vendedores de fruta, etc.), lo que impide al consistorio recaudar mucho dinero para las arcas municipales; palmeras y otros árboles sin podar desde hace mucho tiempo; numerosos viales y aceras a falta de su reparación; y un sinfín de deficiencias, que sería muy largo de describir.

Esta situación ha motivado la movilización de los vecinos de la costa, que, por dos veces, han salido a la calle para protestar por la situación que les toca vivir y reclamar unos servicios e infraestructuras dignos, y acordes con las necesidades y capacidad contributiva a las arcas municipales.

Cada vez nos resulta más difícil, señor alcalde, contestar las preguntas de nuestros vecinos y asociados, sobre dónde va el dinero de sus impuestos (subiendo cada año, por cierto); qué fue de sus propuestas de Presupuestos Participativos; o por qué los presupuestos 2017 aprobados no responden a las necesidades reales de la costa y, para mayor sarcasmo, las alegaciones de FAOC, que pedían, entre otras cosas, un incremento de gasto en aseo urbano, han sido desestimadas.

Defraudar reiteradamente las expectativas de los vecinos de la costa implica que su única esperanza sea la desesperación. Y la desesperación, según William Burroughs, es la materia prima del cambio drástico, que algunos vecinos empiezan a demandar, cada vez con más fuerza.

¿Hay esperanza para Orihuela Costa, señor alcalde?.